Ártículos Más Recientes

10:42 a.m.


Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. Y apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después no volvieron a hacerlo. Dos hombres - uno llamado Eldad y el otro Medad - se habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis. Un muchacho vino corriendo y comunicó la noticia a Moisés, con estas palabras: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento". Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era ayudante de Moisés, intervino diciendo: "Moisés, señor mío, no se lo permitas". Pero Moisés le respondió: "¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!".

10:42 a.m.


La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. También a mí me instruyen: observarlos es muy provechoso. Pero ¿quién advierte sus propios errores? Purifícame de las faltas ocultas. Presérvame, además, del orgullo, para que no me domine: entonces seré irreprochable y me veré libre de ese gran pecado.

10:42 a.m.


Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla. Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final! Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo. Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.

10:42 a.m.


Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

10:42 a.m.


«Tengan todos un mismo lenguaje, y no haya cismas entre ustedes» (1 Cor 1:10). Las diversas partes de la Iglesia no permanecen enteras cuando una de ellas sufre y muere. Si todas las Iglesias fueran por ellas mismas un cuerpo completo, habría asambleas y numerosas reuniones; sin embargo la Iglesia forma un solo cuerpo por lo que el cisma destruye su unidad…Después de haber denunciado este mal utilizando la amarga palabra «cisma», el apóstol Pablo suaviza agregando: «estén todos unidos en el mismo espíritu y en el mismo sentimiento.» No se trata solamente de ponerse de acuerdo con palabras sino de una unión de pensamiento y de sentimientos. Y como puede ocurrir que estemos unidos en un punto pero divididos en otros, Pablo insiste: «Estén unidos de una manera perfecta»…, perfectos en la caridad. Podemos estar unidos de pensamiento y divididos en la acción, tener una misma fe y no estar más unidos por una misma caridad. Es lo que ocurría en Corinto, en dónde unos se apegaban a tal maestro, y los demás a otro. Pablo no les reprochaba alguna diferencia en la fe, sino su manera de actuar, las rivalidades humanas…« ¿Que me han informado? ¡Que existen discordias entre ustedes!... ¿Está dividido Cristo? (1 Cor 1:13)

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