Ártículos Más Recientes

10:47 a.m.
Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: "Así habla el Señor: Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más". Ezequías volvió su rostro hacia al pared y oró al Señor, diciendo: "¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos". Y Ezequías se deshizo en llanto. Entonces la palabra del Señor llegó a Isaías en estos términos: "Ve a decir a Ezequías: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he visto tus lágrimas. Yo añadiré otros quince años a tu vida; te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad". Luego dijo Isaías: "Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey sanará". Ezequías respondió: "¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?". "Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado: En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ha descendido". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido.

10:47 a.m.
Yo decía: En lo mejor de mis días me tengo que ir: he sido destinado a las puertas del Abismo por el resto de mis años. Yo decía: Ya no contemplaré al Señor en la tierra de los vivientes; no veré más a los hombres entre los habitantes del mundo. Arrancan mi morada y me la arrebatan, como una carpa de pastores. Como un tejedor, yo enrollaba mi vida, pero él me corta de la trama: ¡de la mañana a la noche terminas conmigo! Los que el Señor protege, vivirán, y su espíritu animará todo lo que hay en ellos: tú me restablecerás y me harás revivir.

10:47 a.m.
Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas. Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado". Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes? ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".

10:47 a.m.
El Señor, por medio de Moisés, su servidor pidió a los hijos de Israel que observaran el sábado. Les dijo: “Trabajarás durante seis días pero el día séptimo es el sábado, un día de reposo dedicado al Señor tu Dios” (Ex 20,9)...  Y les advirtió: “Descansarás tú, tu esclavo, tu esclava, tus bueyes y tu asno”. Y añadió: “Igualmente descansarán el mercenario y el extranjero y todo animal que trabaja a tu servicio” (Ex 23,12)... El sábado no ha sido impuesto como una prueba, una opción entre la vida y la muerte, entre la justicia y el pecado igual que los demás preceptos según los cuales el hombre puede escoger entre la vida y la muerte. No, el sábado es el día que se ha dado al pueblo para su descanso, no sólo el de los hombres sino también el de los animales... Escucha ahora, pues, cual es el sábado que Dios quiere. Isaías lo ha dicho: “Dad  descanso a los abatidos” (28,12). Y en otra parte: “Los que observan el sábado sin profanarlo, se verán reconfortados por mi alianza y son los que escogen lo que a mí me place” (56,4)... El sábado no hace ningún provecho a los malvados, los asesinos, los ladrones. Pero los que escogen hacer lo que Dios quiere y alejan de sus manos el hacer el mal, Dios habita en ellos y hace su morada en ellos, tal como lo dice su palabra: “Habitaré en ellos y caminaré junto a ellos” (Lv 26,12; 2Co 6,16)... Nosotros, pues, guardemos fielmente el sábado de Dios, es decir, lo que es grato a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso, el sábado del cielo y de la tierra en el que toda criatura descansará.

1:02 a.m.
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“Verbum Spei”
“Palabra de Esperanza”
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*15° Jueves Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Mateo 11, 28-30*

En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga, ligera”.

*Reflexión:*
Después de un día agobiante de trabajo o un período de nuestra vida en el que las cosas no han salido precisamente como nosotros las esperábamos, qué reconfortante es escuchar de Jesús: “Vengan a mí… y yo los aliviaré”.
Y es que sólo en Jesús podemos darle el justo valor a todas las cosas, por eso dice: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”. El hombre se agita y se sofoca porque le da a las cosas una dimensión equivocada y porque quiere realizarlas con sus solos esfuerzos pero, sólo con la ayuda de Dios es posible realizar, en paz y con alegría, nuestros proyectos y sólo con su consuelo podemos aceptar, que éstos no hayan salido como nosotros pensábamos.
Si tu vida y tus proyectos están a medias o no se han realizado como tú lo esperabas, toma un momento de tu jornada para orar, para ponerte en los brazos amorosos de Jesús, él te dará la fuerza y la luz para recomenzar.
(Evangelización Activa).

*Oración:*
Señor Jesús, tú me darás la paz, porque todo lo que he hecho, en realidad eres tú quien lo ha hecho por mí. Amén.

*Acción:*
Hoy haré una cita con el Señor y tendré un momento largo de coloquio con Él y lo disfrutaré al máximo. Dentro de esa cita con Él, le pediré que me ayude a provocar, con más frecuencia, esos momentos.
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“Nuntium Verbi Dei”
“Mensaje de la palabra de Dios”
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Hermanos Franciscanos

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