Ártículos Más Recientes

11:29 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza_

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*9° Martes Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Marcos 12, 13-17*
En aquel tiempo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos le enviaron a Jesús unos fariseos y unos partidarios de Herodes, para hacerle una pregunta capciosa. Se acercaron, pues, a él y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa lo que diga la gente, porque no tratas de adular a los hombres, sino que enseñas con toda verdad, el camino de Dios. ¿Está permitido o no, pagarle el tributo al César? ¿Se lo damos o no se lo damos?”.

Jesús, notando su hipocresía, les dijo: “¿Por qué me ponen una trampa? Tráiganme una moneda para que yo la vea”. Se la trajeron y él les preguntó: “¿De quién es la imagen y el nombre que lleva escrito?” Le contestaron: “Del César”. Entonces les respondió Jesús: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Y los dejó admirados.
*Reflexión:*

A veces podemos caer en la tentación de pensar que el Evangelio y la vida cristiana se reducen a la mera vida espiritual. El evangelio de hoy nos muestra que esto no es así. La vida del Evangelio toca todas las áreas de la vida y entre ellas la económica y la de la justicia.

Hemos escuchado a Jesús decir: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Este es el principio de la justicia equitativa, que todavía estará lejos de la justicia Cristiana ya que ésta va más allá. Pagar nuestros impuestos, entregar las utilidades, pagar lo que se debe, son deberes ELEMENTALES de justicia.

El retener los sueldos, no pagar COMPLETAMENTE las utilidades, buscar la manera de engañar “al César” no son o no deben ser prácticas cristianas. La injusticia no tiene cabida en la vida del cristiano. Demos a cada uno lo que le es propio (sea material, afectiva, social o espiritualmente) y nuestra vida se llenará de paz y de alegría.

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, te pido perdón por todas las veces en que te reclamé en mis momentos de dolor y sufrimiento o cuando vi a un ser querido en esas mismas circunstancias. Que nunca olvide que la santidad es dolorosa, que yo soy esa oveja herida que necesita ser sanada. Amén.
*Acción:*

Platicaré con esa persona que está pasando por un momento de dolor o sufrimiento y que te está culpando a ti, Señor, y le enseñaré a ver su situación desde la perspectiva de la cruz.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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10:55 a.m.
Aquella misma noche, después de bañarme, salí al patio y me acosté a dormir junto a la pared, con la cara descubierta a causa del calor. Yo no sabía que arriba, en la pared, había unos gorriones; de pronto, su estiércol caliente cayó sobre mis ojos, produciéndome unas manchas blancas. Me hice atender por los médicos, pero cuantos más remedios me aplicaban, menos veías a causa de las manchas, hasta que me quedé completamente ciego. Así estuve cuatro años privado de la vista, y todos mis parientes estaban afligidos. Ajicar me proveyó de lo necesario durante dos años, hasta que partió para Elimaida. Desde ese momento, mi esposa Ana empezó a trabajar en labores femeninas: hilaba lana, enviaba el tejido a sus clientes y recibía el pago correspondiente. Una vez, el siete del mes de Distros, terminó un tejido y lo entregó a sus clientes. Estos le pagaron lo que correspondía y, además, le regalaron un cabrito para comer. Cuando entró en mi casa, el cabrito comenzó a balar. Yo llamé a mi mujer y le pregunté: "¿De dónde salió este cabrito? ¿No habrá sido robado? Devuélvelo a sus dueños, porque no podemos comer nada robado", Ella me respondió: "¡Pero si es un regalo que me han hecho, además del pago!". Yo no le creí e insistía en que lo devolviera a sus dueños, llegando a enojarme con ella por este asunto. Entonces ella me replicó: "¿Para qué te sirvieron tus limosnas y tus obras de justicia? ¡Ahora se ve bien claro!".

10:55 a.m.
Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida. No tendrá que temer malas noticias: su corazón está firme, confiado en el Señor. su corazón está firme, confiado en el Señor. Su ánimo está seguro, y no temerá, hasta que vea la derrota de sus enemigos. Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad.

10:55 a.m.
Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarla o no?". Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario". Cuando se lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.

10:55 a.m.
     Puesto que los hombres se volvieron del todo irrazonables y el engaño del demonio arrojaba su sombra por todas partes y escondía el auténtico conocimiento del verdadero Dios, ¿qué tenía que hacer Dios? ¿Callarse ante semejante situación? ¿Aceptar que de esta manera los hombres se extravíen y no conozcan a Dios?... ¿Es que Dios no ahorrará a sus criaturas el extraviarse lejos de él y ser sometidas a la nada, puesto que este extravío es para ellas causa de pérdida ruinosa, teniendo en cuenta que los seres que participan de la imagen de Dios (Gn 1,26) no perecerán? ¿Qué hacía falta que Dios hiciera? ¿Qué hacer sino es renovar en ellos su imagen para que los hombres puedan, de nuevo, conocerle? ¿Pero, cómo se hará esto, ni no es por la presencia de la misma imagen de Dios (Col 1,15), nuestro Salvador Jesucristo? Esto no podía realizarse por los mismos hombres, puesto que ellos no son la imagen de Dios sino que han sido creados según la imagen; tampoco lo podían realizar los ángeles, porque ellos mismos no son imágenes. Por eso vino el mismo Verbo de Dios, él que es la imagen del Padre, a fin de estar en condiciones de restaurar la imagen desde el fondo mismo de la esencia humana. Por otra parte, esto no se podía llevar a cabo si la muerte y la degradación subsiguiente no eran aniquiladas. Por eso el Verbo tomó un cuerpo mortal, para poder aniquilar la muerte y restaurar a los hombres según la imagen de Dios. Así pues, el que  es la imagen del Padre, su Hijo santísimo, vino a nosotros para renovar al hombre hecho a su semejanza y, cuado estaba perdido, volverlo a encontrar por la remisión de sus pecados, tal como él mismo dice: «He venido a buscar y salvar lo que estaba perdido»(Lc 19,10).

Hermanos Franciscanos

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