Ártículos Más Recientes

11:22 a.m.
Y por medio de él, ofrezcamos sin cesar a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su Nombre. Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque esos son sacrificios agradables a Dios. Obedezcan con docilidad a quienes los dirigen, porque ellos se desvelan por ustedes, como quien tiene que dar cuenta. Así ellos podrán cumplir su deber con alegría y no penosamente, lo cual no les reportaría a ustedes ningún provecho. Que el Dios de la paz -el mismo que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre de una Alianza eterna- los capacite para cumplir su voluntad, practicando toda clase de bien. Que él haga en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

11:22 a.m.
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas Él me hace descansar en verdes praderas. me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; y repara mis fuerzas. Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. y repara mis fuerzas. Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.

11:22 a.m.
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

11:22 a.m.
«Indícame, amor de mi alma, dice la Esposa del Cantar, dónde apacientas el rebaño, dónde lo llevas a sestear a mediodía (v. 7). En el salmo veintidós creo que el profeta la pone bajo la guardia del mismo pastor y habla también del mismo lugar que la Esposa cuando dice: «El señor es mi pastor; nada me falta» (v. 1). Sabía que los demás pastores, por pereza o inexperiencia, llevaban a sus ovejas a pastos más áridos. Por eso dice del Señor, que es el perfecto pastor: « En verdes praderas me recostar. Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas» (v.2). Con ello enseña que este pastor no sólo da a sus ovejas aguas abundantes, sino también sanas y puras, que les apagan la sed perfectamente... Esta primera enseñanza dada por el pastor, es la de los principios; la siguiente se refiere al progreso y a la perfección. Acabamos de hablar de prados y de pastos verdes. Parece conveniente ver esto mismo en los evangelios. Encuentro allí a este buen pastor hablando del pasto de las ovejas: dice que él es el pastor pero también la puerta: «Quien entre por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos» (Jn 10,9). Es a él a quien la Esposa pregunta... Llama «mediodía», ciertamente, a esos lugares secretos del corazón donde el Verbo divino concede al alma una luz más fuerte de ciencia. Pues al mediodía es el momento en que el sol alcanza el punto más alto de su recorrido. Pues si Cristo «Sol de justicia» (Ml 3,20), manifiesta a su Iglesia los secretos más sublimes de sus virtudes, le descubre también pastos agradables y lugares de reposo para mediodía. Porque cuando ella está tan sólo a los principios de ser instruida y no recibe de él mas que los primeros principios del conocimiento, el profeta dice: «Dios la socorre por la mañana, al despuntar la aurora» (Sl 45,6). Pero como ella busca ahora unos bienes más perfectos y desea unas realidades superiores, pide le dé la luz del conocimiento a su mediodía.

7:59 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*4° Viernes Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Marcos 6, 14-29*
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido tanto, llegó a oídos del rey Herodes el rumor de que Juan el Bautista había resucitado y sus poderes actuaban en Jesús. Otros decían que era Elías; y otros, que era un profeta, comparable a los antiguos. Pero Herodes insistía: “Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado”.

Herodes había mandado apresar a Juan y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: “No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano”. Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida; pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, porque sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: “Pídeme lo que quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias veces: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. 

Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?” Su madre le contestó: “La cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista”.

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo, que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

*Reflexión:*

La cobardía siempre será causa de injusticias. De la misma manera que Jesús es condenado por cobardía, así fue la suerte para san Juan. Y esta es la suerte que corren muchos de nuestros hermanos a manos de personas “buenas” pero cobardes. 

Hombres y mujeres que saben que lo que harán es una injusticia, pero ante el temor de perder su “buena fama”, su posición, su trabajo, son capaces de cometer las peores atrocidades. Nosotros no estamos exentos de experimentar esta cobardía, pues nuestra naturaleza es débil y ante una situación extrema, podríamos correr el riesgo de traicionar a Jesús y su evangelio. De ahí la importancia de la oración y de la vida de intimidad con Jesús. 

Ya lo decía el Maestro: “Velen y oren para que no caigan en la tentación”. Cuando se presenta ante nosotros una situación de injusticia no hay lugar para la cobardía. El amor a Cristo nos apremia y habrá llegado el momento de mostrarnos verdaderamente como cristianos. ¿Estás preparado? 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, te pido que pongas en mi corazón ese amor que es tu esencia, quiero sentir a cada momento la necesidad de atenderte a ti en el que más necesita, en el que sufre y en el que no te conoce, santifica mi vida en el servicio y la entrega desinteresada. Sé muy bien que tú cuidas de mí y que nunca me dejarás ni me abandonarás. Amén.
*Acción:* 

Hoy iré con algún necesitado —preso o enfermo— y atenderé su necesidad, pensando que es a Jesús a quien estoy atendiendo. 

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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Hermanos Franciscanos

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