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11:17 a.m.
Hermanos: Dios no ha sometido a los ángeles el mundo venidero del que nosotros hablamos. Acerca de esto, hay un testimonio que dice: "¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que te ocupes de él? Por poco tiempo lo pusiste debajo de los ángeles y lo coronaste de gloria y esplendor. Todo lo sometiste bajo sus pies". Si Dios le ha sometido todas las cosas, nada ha quedado fuera de su dominio. De hecho, todavía no vemos que todo le está sometido. Pero a aquel que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, él experimentó la muerte en favor de todos. Convenía, en efecto, que aquel por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: "Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea".

11:17 a.m.
¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra! Tú, que afirmaste tu majestad sobre el cielo, ¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos. Todo lo pusiste bajo sus pies. Todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes; las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas.

11:17 a.m.
Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!". Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

11:17 a.m.
No es posible llegar a la certeza de la fe revelada si no es a través de la venida de Cristo a nuestro espíritu. Viene después en la carne como palabra que confirma toda palabra profética. Por eso se dice en la carta a los Hebreos: «En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros Padres por los profetas: Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo» (1,1-2). Que Cristo sea, efectivamente, Palabra del Padre llena de poder, lo leemos: «ya que la palabra regia es soberana, y ¿quién va a decirle: Qué haces?» (Eccl 8,4). Es también una palabra llena de verdad, más aún, es la misma verdad, tal como lo dice san Juan: «Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad» (17,17)... Así pues, porque la autoridad pertenece a la palabra poderosa y verídica, y Cristo es el Verbo del Padre, y por eso mismo Poder y Sabiduría, en él está el fundamento y la consumación de toda la autoridad. Por eso toda doctrina auténtica y los predicadores de esta doctrina ser refieren a Cristo, venido en la carne, como fundamento de toda la fe cristiana: «Conforme al don que Dios me ha dado, yo como hábil arquitecto coloqué el cimiento... Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo» (1Co 3,10-11). En efecto, solo él es el cimiento de toda doctrina auténtica, ya sea apostólica, ya sea profética, según una u otra Ley: la nueva y la antigua. Por eso se dice también a los Efesios: «Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular» (2,20). Queda, pues, claro que Cristo es el maestro del conocimiento según la fe; es el Camino, según su doble venida, en el espíritu y en la carne.

12:39 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*El Bautismo del Señor*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 3, 13-17*
En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo: “Yo soy quien debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?” Jesús le respondió: “Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Entonces Juan accedió a bautizarlo.

Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma y oyó una voz que decía, desde el cielo: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias”.

*Reflexión:*

El bautismo de Jesús marca para Él, el inicio de su vida pública. Una vida en la que se manifestaría como el Hijo de Dios, revestido de gracia y de poder. En nuestro bautismo, nos revestimos de gracia y de poder; dejamos de ser creaturas para convertirnos en hijos gracias a la acción del Espíritu Santo, que empieza a habitar en nosotros. 

Nosotros somos hijos de Dios por lo que hemos sido enviados para llevar la Buena Nueva a los pobres y para liberar a los cautivos. Somos, desde nuestro bautismo, una continuación del ministerio de Cristo sobre la tierra. Por lo tanto, debemos tomar conciencia y revisar si estamos siendo una imagen clara de Jesús. Cada uno ha sido llamado por Dios para realizar estos ministerios desde diferentes estados de vida:  casados, soleros, sin una edad para realizarlos. 

La acción del Espíritu Santo comenzará cuando le demos espacio en nuestra vida y alimentemos nuestro corazón con una vida intensa de oración y en comunión con la Iglesia.

Hoy tenemos tanta gente que no conoce el amor de Dios y vive atada a sus vicios y debilidades, pues no saben que son hijos de Dios, sus elegidos y por ello no han asumido su papel en la vida evangélica. Hazte, pues, consciente de esta realidad, y vive y actúa como un auténtico hijo amado de Dios. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Dios, danos tu Espíritu para que oriente nuestras vidas, cumplamos en todo tu voluntad y pongamos en práctica la justicia a favor de nuestros hermanos, sobre todo, de los más débiles, y vivamos con un ardiente deseo de ser santos en cada acción que diariamente realicemos. Amén.
*Acción:* 

Trabajaré por ser justo en cada acción que realice para no cometer injusticias con mis hermanos, amigos, conocidos y familiares.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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Hermanos Franciscanos

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