Ártículos Más Recientes

11:55 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*33° Viernes Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Lucas 19, 45-48*
Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”.

Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.

*Reflexión:*

San Pablo, escribiendo a los Corintios, nos dice que somos el templo del Espíritu Santo. Hoy Jesús nos dice que su casa, su templo, debe ser casa de oración.

Pensemos por un momento si nuestra vida interior se puede considerar una casa de oración o es en realidad un lugar lleno del ruido del mercado del mundo que está gritando dentro de nosotros y buscando vendernos sus necias ideas.

Por qué no invitamos hoy a Jesús para que, con su poder y autoridad, eche fuera a todos estos gritones, ponga nuestra vida interior en paz y así se convierta, como lo fue en María Santísima, en un verdadero lugar de encuentro con Dios. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, si alguna vez me sintiera abandonado, ayúdame a entender que es sólo un sentimiento; porque Tú jamás, me abandonarás. Quiero crecer en la conciencia de tu amor, conocerte en este día mejor e imitarte con ardor. Amén.
*Acción:*

Mientras esté en el templo guardaré silencio, con la intención de abrir mi mente a la consciencia del lugar en que me encuentro, con la intención de abrir mi corazón para recibir la gracia del respeto delicado hacia Jesús presente.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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11:40 p.m.

Por: H. Iván Yoed González Aréchiga LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey Nuestro ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Y si alguna vez me sintiera abandonado, Dios mío, ayúdame a entender que es sólo un sentimiento; porque Tú jamás, nunca, me abandonarás. Quiero crecer en la conciencia de tu amor, conocerte en este día mejor e imitarte con ardor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san  Lucas 19, 45-48

Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”.

Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo, intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Me parece que puede ayudar pensar en la siguiente escena: un ser querido se encuentra grave de salud, un ser querido al que, además, todos le tienen profunda estima. Yo también. Se encuentra en delicado estado, quizá en agonía, y quiero visitarlo. Tan sólo en dirigirme hacia su casa, me parece introducirme lentamente en un silencio de respeto, de profunda reverencia. Luego, llegar ante la puerta, mirarla con reserva, tocar, cada gesto que realizo me transporta ligeramente en el ambiente sobrio, donde lo más preciso es callar, acompañar, simplemente estar.

Apenas paso la entrada, formo parte de quienes quieren de verdad estar y confortar a la familia, permanecer al lado de su ser querido, sin importar el tiempo, conscientes del profundo peso de ese instante. Todo sigilo y respeto viene motivado por un amor profundo, y todo es incluso natural.

Ese día no importa quedarse «demasiado» tiempo ahí. Ese día importa, al contrario, justamente el estar ahí. Y si fuesen tan solo unos segundos los que pudiese pasar junto al enfermo, de cualquier manera valdría todo la pena. A fin de cuentas, mi único deseo era poder acompañar.

Pues bien. La escena probablemente es real. Y además puede compararse a la reverencia que Jesús sentía cada vez que visitaba la casa de su Padre.

Me pregunto, Señor, si mi corazón de asemeja al tuyo.

«En el templo Jesús viene a nuestro encuentro y nosotros vamos a su encuentro.[…] Quien encuentra verdaderamente a Jesús no puede quedarse igual que antes. Él es la novedad que hace nuevas todas las cosas. Quien vive este encuentro se convierte en testigo y hace posible el encuentro para los demás; y también se hace promotor de la cultura del encuentro, evitando la autorreferencialidad que nos hace permanecer encerrados en nosotros mismos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de febrero de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Mientras esté en el templo guardaré silencio, con la intención de abrir mi mente a la consciencia del lugar en que me encuentro, con la intención de abrir mi corazón para recibir la gracia del respeto delicado hacia Jesús presente.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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10:55 a.m.
Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: "Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Angel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra". Yo corrí hacia el Angel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: "Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel". Yo tomé el pequeño libro de la mano del Angel y lo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago. Entonces se me dijo: "Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes".

10:55 a.m.
Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas. Porque tus prescripciones son todo mi deleite, y tus preceptos, mis consejeros. Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata. ¡Qué dulce es tu palabra para mi boca, es más dulce que la miel! Tus prescripciones son mi herencia para siempre, porque alegran mi corazón. Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos.

10:55 a.m.
Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones". Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.

Hermanos Franciscanos

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