Ártículos Más Recientes

12:14 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount


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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

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*31° Martes Tiempo Ordinario*

*Solemnidad todos los santos*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 5, 1-12*
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:

“Dichosos los pobres de espíritu,

porque de ellos es el Reino de los cielos.

Dichosos los que lloran,

porque serán consolados.

Dichosos los sufridos,

porque heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,

porque serán saciados.

Dichosos los misericordiosos,

porque obtendrán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón,

porque verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,

porque se les llamará hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,

porque de ellos es el Reino de los cielos.

Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.

*Reflexión:*

San Mateo ha querido presentar esta enseñanza de Jesús en una gran catequesis, para que ésta sea para los cristianos, lo que fue para los judíos la ley: norma de vida. Por ello nos presenta a Jesús que, como Moisés, sube al “monte” y desde ahí instruye al pueblo. La catequesis empieza con la palabra “Bienaventurados” que puede ser también traducida como “Feliz” o “Dichoso” o quizás como las tres juntas. 
La palabra en griego “macario” significa una alegría profunda e interior que está relacionada con la paz y el gozo. Con esta interpretación resulta paradójico, de acuerdo a los criterios humanos decir: “felices los que lloran, felices los pobres, felices los mansos, felices los perseguidos por ser cristianos”, sin embargo, esta es una realidad auténtica, pues la verdadera felicidad, el gozo, la alegría, no están donde el mundo nos las propone, sino en donde Jesús nos lo dice: “Sólo en él”, llevando una vida auténticamente cristiana. 

La felicidad que encontramos en el mundo es pasajera, la que nos ofrece Jesús y su Evangelio es total, duradera y definitiva. Si verdaderamente quieres ser un “macario”, un lleno de la alegría, la paz y el gozo de Dios, esfuérzate todos los días por vivir de acuerdo al Evangelio. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, que despiertas en hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, el espíritu de fidelidad al evangelio, ayúdanos a nosotros, en el camino de la caridad, el servicio y la solidaridad con el hermano, para que merezcamos gozar de la vida eterna que has preparado para el hombre desde antes de la creación del mundo. Amén.
*Acción:* 

El día de hoy, dedicaré un tiempo extra para hacer algo más por los demás cuando me pidan ayuda, tiempo, apoyo, escucha, comprensión o perdón. 

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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10:42 p.m.

Por: H. Balam Loza,LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Hoy, Jesús, quiero subir al monte, a la soledad, al silencio. Entraré en mi corazón, pues es ahí donde Tú me hablas y te escucharé. Quiero verte y contemplar esa mirada que me conoce profundamente. Esa mirada tuya tan llena de amor. Jesús, hay muchas cosas que me turban e inquietan. Hoy quiero hacerlas a un lado para escuchar tu palabra.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo:

“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

¡Con amor eterno nos ama! Con amor eterno nos mira Dios en este momento. Y no nos pide otra cosa más que estar aquí. Escuchando esa llamada a ser feliz y dichoso. Pero ¿qué es la felicidad? ¿Dónde encontrarla? He ahí el camino. No es el camino ancho sino el estrecho. Y no nos fijemos tanto en el camino sino más bien en la meta, en lo que nos espera: La felicidad. Y esa felicidad es estar con Dios. Estar con ese Dios que nos ama como nadie puede hacerlo. En ese Dios que nos mira como nadie nos puede mirar.

Se puede pensar que es algo abstracto y que está fuera de la realidad. Sin embargo es lo más real. El camino se nos presenta a cada instante y las tentaciones de dejar de caminar son muchas. ¿Qué pasa cuando abusan de mi generosidad? ¿O ante el dolor y el sufrimiento? ¿No es verdad que somos imponentes? Y entonces es cuando nos damos cuenta que esto no puede acabar así. Cuando vemos que hacemos el bien y recibimos el mal. Sí, queremos dejar de luchar. Muchas veces no se comprende el porqué de muchas cosas. Pero en el fondo queda la semillita. Queda ese deseo del consuelo, ese deseo de que alguien me ame de verdad, de gozar de la plena felicidad. Y entonces nos damos cuenta que el deseo del cielo es lo más ordinario en nuestras vidas. Y por ello hacemos el bien.

Cristo sufrió en silencio por amor. Nosotros diariamente tenemos muchas oportunidades de vivir en silencio los grandes o pequeños sufrimientos que nos tocan vivir, pero hemos de perseverar, hemos de mirar a lo alto de la montaña y ver que el primero en vivir las bienaventuranzas ha sido Cristo. Él es nuestro modelo y nuestro ideal. Anclados en Cristo, aún en medio de las grandes tormentas, podremos llegar al puerto seguro.

«Es la nueva ley del Señor para nosotros. Las bienaventuranzas son la guía de ruta, de itinerario, son los navegadores de la vida cristiana: precisamente aquí vemos, por este camino, según las indicaciones de este navegador, cómo podemos avanzar en nuestra vida cristiana.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de junio  de 2016, en Santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy te ofrezco, Jesús, vivir la caridad delicada. Si alguien me hace enfadar no le responderé ni le demostraré el haber sentido la ofensa.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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