Ártículos Más Recientes

1:11 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹

               *”Verbum Spei”*

       _”Palabra de Esperanza”_

🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸

*19° Viernes Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 19, 3-12*
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerle una trampa: “¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?” Jesús les respondió: “¿No han leído que el Creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo: ‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola cosa?’. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Pero ellos replicaron: “Entonces ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella?”

Jesús les contestó: “Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la divorciada, también comete adulterio”.

Entonces le dijeron sus discípulos: “Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”. Pero Jesús les dijo: “No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo”.

*Reflexión:*

Jesús es claro sobre la realidad del sacramento del matrimonio: éste crea la unidad entre el hombre y la mujer pues “ya no son dos sino uno solo”. Dios creó un solo ser: “el hombre”, y éste en dos sexos, con el fin de que el hombre y la mujer se complementen y alcancen así la perfección. La causa que está a la base del divorcio, es precisamente que, las parejas durante el noviazgo, no buscan complementarse el uno al otro, sino pasársela bien.

Este aspecto de complementariedad exige renuncias y sacrificios por parte de los dos, pues la complementariedad debe ser mutua. Lógicamente, cuando no se dio, ni se entendió que ésta, es la realidad del matrimonio, la pareja tiende a buscar quién o qué lo complemente. Peor aún, es que tampoco son conscientes de que la relación que se estableció es PARA SIEMPRE, por lo que deben hacer todo lo posible por rescatar lo que se pudiera estar perdiendo (clásico de nuestro mundo utilitarista: todo es desechable).

Es importante que tanto nuestros jóvenes, que están en el proceso de noviazgo, como los ya casados, busquen vivir estas dos realidades: la complementariedad y la fidelidad a la alianza realizada. Si esto se consigue, los esposos se darán cuenta que la vida matrimonial es una verdadera invitación a la felicidad plena en el amor de Dios. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Padre bondadoso, tú que perdonas al hijo que abandona el hogar por llevar una vida disoluta y alejada de ti, míranos a nosotros, tus hijos, que nos hemos apartado de ti y del Evangelio, y ayúdanos a ser dóciles a tu palabra y atentos a las mociones del Espíritu Santo para que, siendo fieles a ti en todo momento, merezcamos ser partícipes de la vida eterna que nos das en tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
*Acción:* 

Revisaré si mis actitudes y acciones se amoldan al Evangelio de Jesús que me invita a ser justo, respetuoso y solidario con todos mis hermanos. 

🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹

         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸


12:20 a.m.

Del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? Él les respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? Él le contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así. Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer –no hablo de prostitución- y se casa con otra, comete adulterio. Los discípulos le replicaron: Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse. Pero Él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos. El que pueda con esto, que lo haga.

Oración introductoria
Señor, quiero encontrarme contigo en este momento de oración, esperando tener la docilidad de corazón para no convertir esta meditación en un interrogatorio, en exigencias, en quejas o para pedirte lo que creo necesitar. ¡Ven Espíritu Santo!

Petición
Jesús, ayúdame a nunca ser duro de corazón.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

El matrimonio es un don nacido del corazón de Dios.

Mencionas en este pasaje, Señor, la dureza de corazón. Creo que éste es uno de los principales motivos del mal en el mundo de hoy. A veces mi corazón se ha transformado en una roca. Una roca indiferente ante el dolor ajeno, impermeable ante el amor del prójimo, dura con los juicios a los demás, seca ante las obras de misericordia.

Cuando imagino un corazón, lo imagino siempre de carne, rojo, palpitante, sano, fuerte, vigoroso, y transmitiendo vida. Pero podría también imaginar cómo es la imagen que presentas a los fariseos el día de hoy: un corazón de piedra. Es un corazón muerto, grisáceo, seco, inmóvil, resistente, es un corazón que pesa, que causa dolor y poco transforma todo en muerte.

Éste es el corazón que a veces llevo dentro de mí. Señor, no permitas en mí la dureza de corazón, porque ella me lleva a sólo buscar mis intereses, a olvidar lo importante en la vida, a descuidar mi vida de unión contigo, a pactar con la tibieza. Dame, Señor, un corazón como el tuyo. Un corazón que sepa mirar todos los aspectos de mi vida como Tú los ves. Dame, Jesús, tu corazón y toma Tú el mío.

Tú también me hablas del matrimonio, de la familia. Te presentas como el mejor y mayor defensor de la familia. No eres el que simplemente impone leyes que cumplir, sino que eres el Dios que busca lo mejor para sus hijos y por ello les ayuda en lo que mejor les conviene en sus vidas. El matrimonio es un don nacido de tu corazón y no del corazón del hombre. Es por ello que para Ti el matrimonio tiene un valor único y precioso. Dame la gracia, Señor, de valorar y defender el don de la familia.

«Nosotros debemos caminar con estas dos cosas que Jesús nos enseña: la verdad y la comprensión. Y esto no se resuelve como una ecuación matemática, sino con la propia carne: es decir, yo cristiano ayudo a esa persona, a aquellos matrimonios que atraviesan una dificultad, que están heridos, en el camino de acercamiento a Dios. Permanece el hecho que la verdad es aquella, pero esta es otra verdad: todos somos pecadores, en camino. Y siempre está este trabajo por hacer: cómo ayudar, cómo acompañar, pero también cómo enseñar a aquellos que se quieren casar, cuál es la verdad sobre el matrimonio.»

(Homilía de S.S. Francisco, 20 de mayo de 2016, en santa Marta).

Reflexión
¿Qué pensaría Jesús de todos los que hoy aprueban el divorcio? Como en aquella ocasión, les ayudaría a entender qué es realmente el matrimonio y luego les enseñaría a defenderlo contra todos los ataques.

El matrimonio cristiano no es sólo una convivencia entre un hombre y una mujer que se quieren. Es mucho más. Es un sacramento, es decir, algo sagrado y querido por Dios. Luego es compartir un proyecto de vida para alcanzar la felicidad en esta vida. Pero si no hay proyecto, si no hay amor verdadero, si los hijos son un estorbo y no una alegría... ¿qué tipo de matrimonio es ese? Seguramente conocerás alguna pareja que haya dejado morir el amor, por pura rutina, por no saber que el matrimonio es una experiencia cargada de pequeños detalles, de gestos: un regalo, una sonrisa, una comida inesperada, una oración en familia... ¡Hay tantos medios para caldear el amor en el matrimonio!

Lo que Dios ha unido no debe separarse, porque un divorcio, en lugar de traer paz, trae mayor amargura y dolor, destrozando también la felicidad que merecen los hijos. Es siempre mejor intentar sacar adelante los problemas familiares que sucumbir ante ellos. Además contamos con la ayuda de Dios y de los consejeros que ha puesto a nuestra disposición (un sacerdote, una religiosa, un catequista, etc.)

Propósito
Concretar algunos medios para propiciar la oración familiar: bendecir los alimentos, reflexionar el Evangelio del domingo, rezar el rosario, ir a misa juntos, peregrinación a un santuario mariano, etc.

Diálogo con Cristo
Jesús, concédeme vivir la auténtica caridad fraterna, especialmente con mi familia y amigos. Que nos ayudemos unos a otros a vivir santamente y a perseverar en nuestra vocación cristiana.

Consulta todo lo que necesitas del matrimonio y la familia en la Sección de Familia y Vida

Suscríbase aquí para recibir el Evangelio meditado y otros servicios en su e-mail

Consulta la Biblia en Catholic.net

Let's block ads! (Why?)

11:25 a.m.
La palabra del Señor me llegó en estos términos: Hijo de hombre, da a conocer a Jerusalén sus abominaciones. Tú dirás: Así habla el Señor a Jerusalén: Por tus orígenes y tu nacimiento, perteneces al país de Canaán; tu padre era un amorreo y tu madre una hitita. Al nacer, el día en que te dieron a luz, tu cordón umbilical no fue cortado, no fuiste lavada con agua para ser purificada ni frotada con sal, ni envuelta en pañales. Nadie se compadeció de ti para hacerte alguna de esas cosas, sino que fuiste arrojada en pleno campo, porque dabas asco el día que naciste. Yo pasé junto a ti, te vi revolcándote en tu propia sangre y entonces te dije: "Vive y crece como un retoño del campo". Tú comenzaste a crecer, te desarrollaste y te hiciste mujer; se formaron tus senos y crecieron tus cabellos, pero estabas completamente desnuda. Yo pasé junto a ti y te vi. Era tu tiempo, el tiempo del amor; extendí sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; te hice un juramento, hice una alianza contigo -oráculo del Señor- y tú fuiste mía. Yo te lavé con agua, limpié la sangre que te cubría y te perfumé con óleo. Te puse un vestido bordado, te calcé con zapatos de cuero fino, te ceñí con una banda de lino y te cubrí con un manto de seda. Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar en tu cuello; coloqué un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una espléndida diadema en tu cabeza. Estabas adornada de oro y de plata, tu vestido era de lino fino, de seda y de tela bordada; te alimentabas con la mejor harina, con miel y aceite. Llegaste a ser extraordinariamente hermosa y te convertiste en una reina. Tu fama se extendió entre las naciones, porque tu belleza era perfecta gracias al esplendor con que yo te había adornado -oráculo del Señor-. Pero tú te preciaste de tu hermosura y te aprovechaste de tu fama para prostituirte; te entregaste sin pudor a todo el que pasaba y fuiste suya. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo en los días de tu juventud y establecerá para ti una alianza eterna. para que te acuerdes y te avergüences, y para que en tu confusión no te atrevas a abrir la boca, cuando yo te haya perdonado todo lo que has hecho -oráculo del Señor-.

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.