Ártículos Más Recientes

11:19 a.m.
Escuchen lo que dice el Señor: «¡Levántate, convoca a juicio a las montañas y que las colinas escuchen tu voz! ¡Escuchen, montañas, el pleito del Señor, atiendan, fundamentos de la tierra! Porque el Señor tiene un pleito con su pueblo, entabla un proceso contra Israel; "¿Qué te hice, pueblo mío, o en qué te molesté? Respóndeme. ¿Será porque te hice subir de Egipto, porque te rescaté de un lugar de esclavitud y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam?"» ¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante el Dios de las alturas? ¿Me presentaré a él con holocaustos, con terneros de un año? ¿Aceptará el Señor miles de carneros, millares de torrentes de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi rebeldía, al fruto de mis entrañas por mi propio pecado? Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios.

11:19 a.m.
El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado; el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará.

11:19 a.m.
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo". El les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón."

11:19 a.m.
     Habéis sido conducidos por la mano a la piscina bautismal, tal como Cristo que tenéis delante de vosotros [en esta iglesia del Santo Sepulcro] fue conducido de la cruz al sepulcro. Después de haber confesado vuestra fe en el Padre, en el Hijo y en el Santo Espíritu, tres veces habéis sido sumergidos en el agua y habéis salido de ella: ha sido el símbolo de los tres días de Cristo en el sepulcro. De la misma manera que nuestro Salvador pasó tres días y tres noches en el corazón de la tierra, igualmente vosotros, al salir del agua después de la inmersión, habéis imitado a Cristo... Cuando habéis sido sumergidos estabais en la noche, no veíais nada; pero al salir del agua os habéis encontrado como en pleno día. En un mismo movimiento habéis muerto y habéis nacido; esta agua que salva ha sido al mismo tiempo vuestro sepulcro y vuestra madre... ¡Extraña paradoja! No estamos verdaderamente muertos, no hemos sido sepultados verdaderamente, no hemos sido realmente crucificados y resucitados; pero si bien nuestra imitación no es más que una imagen, la salvación, es una verdadera realidad. Cristo ha sido realmente crucificado, realmente sepultado y ha resucitado verdaderamente, y toda esta gracia se nos da a fin de que, participando e imitando sus sufrimientos, ganemos realmente la salvación. ¡Qué inmenso amor a los hombres! Cristo ha recibido los clavos sobre sus manos puras y le han sido causa de sufrimiento; y yo, sin sufrimiento ni esfuerzo, por esta participación me concede la gracia de la salvación... Lo sabemos bien: si el bautismo nos purifica de nuestros pecados y nos da el Espíritu Santo, él es también la réplica de la Pasión de Cristo. Por eso Pablo proclama: «No lo sabéis: todos nosotros que hemos sido bautizados en Cristo, es en su muerte que hemos sido bautizados. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte»... Todo lo que Cristo ha sufrido, es por nosotros y nuestra salvación, en realidad y no en apariencia... Y nosotros debemos participar en sus sufrimientos. Por esto Pablo continua proclamando: «Si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya» (Rm 6, 3-5).

1:38 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount


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             *”Verbum Spei”*

    _”Palabra de Esperanza”_

   

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*16° Domingo Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Lucas 10, 38-42*
En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”.

El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

*Reflexión:*

Hospitalidad es una palabra clave, es “acoger” y significa, escuchar y ayudar al prójimo que se acerca a nosotros pidiendo ayuda. Escucharle siempre y ayudarle también, cada uno como mejor sepa y pueda, discerniendo, con caridad cristiana, lo que de verdad podemos y no podemos hacer. Hoy es mucho más difícil practicar la virtud de la hospitalidad. Porque nuestro mundo es mucho más complicado y abunda desgraciadamente la trampa y el engaño. Que cada uno haga un discernimiento, con sinceridad y realismo lo que puede y lo que no puede, ni debe, hacer.

En el relato que nos narra la hospitalidad del evangelio, de seguro que a Marta le encantaba también escuchar a su amigo Jesús, cuando éste iba a su casa, y a María le encantaba igualmente servir y atender en su casa a su amigo Jesús lo mejor que sabía y podía. 

Marta es la anfitriona y se esmera amorosamente en servir a su amigo con lo mejor que tiene y lo mejor que puede; María escucha embelesadamente a su amigo, porque sabe que su hermana le está preparando un recibimiento espléndido. A las dos les gusta servirle y escucharle, pero en este momento Marta es la que trabaja y María es la que escucha. Jesús le dice a Marta que no es necesario que le prepare muchas cosas, que termine y se siente junto a él y a su hermana.

*Oración:*

Señor Jesús, ayúdame a ser hospitalario, y a descubrir el equilibrio entre una vida de oración y otra llena de actividades, olvidándome que ambas son importantes. Amén. 
*Acción:*

practiquemos la hospitalidad, dar de comer al hambriento y de beber al sediento es una obra de misericordia y una demostración de acogida al prójimo.

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          *”Nuntium Verbi Dei”*

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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