Ártículos Más Recientes

11:35 p.m.

Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.


Oración introductoria
Señor, dame a entender que el amor es la esencia del cristianismo, que éste debe ser mi distintivo como cristiano, no dejes que olvide la necesidad urgente de vivir a fondo el espíritu de caridad. Tú, que eres todo Amor, infunde en mi corazón, en esta oración, tu divino amor.

Petición
Jesús, hazme comprender que la verdadera caridad cristiana se dirige a todos, sin distinciones ni medidas.

Meditación del Papa Francisco

Esta palabra "amor" es una palabra que se usa muchas veces y no se sabe, cuando se dice, qué significa exactamente. Pensamos en el amor de las telenovelas: no, eso no se parece al amor. Eso que parece amor es en realidad entusiasmo por una persona y después se apaga. ¿De dónde proviene el verdadero amor? Escribe san Juan: "Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, porque Dios es amor”. El apóstol no dice todo amor es Dios. Lo que dice es «Dios es amor». Y continúa Juan, "Dios nos ha amado tanto que envió a su Hijo unigénito, para que vivamos por medio de él". Por ello, es Dios quien da su vida en Jesús, para darnos a nosotros la vida. El amor es hermoso, amar es hermoso y en el cielo habrá sólo amor, la caridad: lo dice Pablo. Y si el amor es hermoso, se hace siempre fuerte y crece en el don de la propia vida: crece en el darse a los demás. (Homilía de S.S. Francisco, 15 de enero de 2016).

Reflexión
"Amaos los unos a los otros como yo os he amado"; es el nuevo mandamiento que sale del Corazón de Dios; no sale de la ley, ni de una prohibición. Sale de un reclamo de Cristo que quiere que le imitemos hasta dar nuestra vida por nuestros hermanos, porque así lo ha hecho Cristo muriendo en la cruz.

Muy cerca de nosotros está la Virgen María; nadie mejor que ella ha amado a Dios y a todos los hombres, pues por su amor en la Anunciación se convirtió en Madre de Dios, y por su amor en la cruz en Madre de todos los hombres; su amor ha sido tan grande que ni siquiera el pecado, se ha atrevido a tocarla. La clave de todo está en el amor, donde se encuentra la paz, donde se encuentra la fortaleza en el seguimiento de la voluntad de Dios.

Como dice san Juan: "Dios es amor". Por lo tanto si llevamos en nuestro corazón a Dios tendremos el verdadero amor, y la medida del amor a Dios está en el amor a nuestros hermanos, porque si no somos unos mentirosos, como dice la carta de Santiago.

Propósito
Ser un auténtico testigo del amor de Dios al hacer hoy, en su nombre, una obra buena, aunque sea difícil.

Diálogo con Cristo
El cristianismo es una llamada al verdadero amor, por eso estoy llamado a ser un auténtico testigo del amor. La caridad nunca debe limitarse a evitar el mal sino que debe concentrarse en hacer a todos el bien, brindándoles apoyo en todo lo que es posible y dando de lo propio con generosidad. Jesús, no dejes que me olvide que el sí amoroso a mi vocación cristiana debe también llevarme un sí a las demás personas, especialmente a las más cercanas.

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Hoy celebramos la Fiesta de San Matías, apóstol.

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Treinta días de oración a la Reina del Cielo. A lo largo del mes de mayo, tengamos a María presente en nuestro corazón y en nuestros hogares, entregándole un ramo de Rosas de oración.

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11:12 a.m.
Uno de esos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos -los que estaban reunidos eran alrededor de ciento veinte personas- y dijo: "Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús. El era uno de los nuestros y había recibido su parte en nuestro ministerio. En el libro de los Salmos está escrito: Que su casa quede desierta y nadie la habite. Y más adelante: Que otro ocupe su cargo. Es necesario que uno de los que han estado en nuestra compañía durante todo el tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto con nosotros testigo de su resurrección". Se propusieron dos: José, llamado Barsabás, de sobrenombre el Justo, y Matías. Y oraron así: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de los dos elegiste para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía". Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles.

11:12 a.m.
Alaben, servidores del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del Señor. El Señor está sobre todas las naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que tiene su morada en las alturas, ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, y se inclina para contemplar el cielo y la tierra? El levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria. para hacerlo sentar entre los nobles, entre los nobles de su pueblo.

11:12 a.m.
Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.» Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»

11:12 a.m.
     El apóstol Pablo escribe: ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!» (Rm 11,33)... «Lo has hecho todo con sabiduría», dice el salmo (103, 24), es decir, en tu Verbo. Si todo ha sido hecho en el Verbo y por el Verbo (Jn 1,3), ¿quién dudará que se ha hecho con sabiduría, y que eligió perfectamente sus discípulos sin acepción de personas? «Nos eligió en él, dice el apóstol, antes de la creación del mundo» (Ef 1,4)... Consideremos la elección de Matías. Los apóstoles había elegido a Barsabas, llamado Justo, y a Matías...; a continuación se pusieron a invocar al que juzga según el corazón y que «conoce el corazón de cada uno» de ellos para que indicase quién era el elegido. Y seguramente que él tenía ya elegido a Matías para este honor antes que se echaran las suertes, incluso antes que el mundo fuera creado... «Todo cuanto pidáis en la oración, dice el Señor, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis» (Mc 11,24). Por eso la Iglesia acostumbra a orar unánimemente todas las veces que se ve necesitada de pedir algo al Señor; y no hay medio tan eficaz sobre el querer divino como la oración, al menos si se hace con fe, serenidad, humildad y perseverancia. El echar las suertes no ha supuesto ningún prejuicio a la elección de este glorioso apóstol ya que, como dice la Escritura, los apóstoles comenzaron por orar; el echarlo a suerte fue más bien una inspiración del Señor en respuesta a su oración.  Por otra parte, Matías no obtuvo una gracia menor que Pedro o cualquier otro de los apóstoles, aunque fuese el último. Recibió el Espíritu con la misma plenitud que los demás, y los mismos dones espirituales que ellos. El Espíritu Santo, viniendo sobre él, lo llenó de caridad, le concedió expresarse en todas las lenguas, hacer milagros, convertir naciones, predicar a Cristo y alcanzar el triunfo del martirio.

Hermanos Franciscanos

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