Ártículos Más Recientes

10:48 a.m.
Hermanos: De hecho, la Ley escrita sometió todo al pecado, para que la promesa se cumpla en aquellos que creen, gracias a la fe en Jesucristo. Antes que llegara la fe, estábamos cautivos bajo la custodia de la Ley, en espera de la fe que debía ser revelada. Así, la Ley nos sirvió de guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Y ahora que ha llegado la fe, no necesitamos más de un guía. Porque todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo. Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús. Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos en virtud de la promesa.

10:48 a.m.
canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas! ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro; recuerden las maravillas que él obró, sus portentos y los juicios de su boca! Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos.

10:48 a.m.
Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre (Lc 1,41). Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor (Lc 1,46ss). Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable (Jn 19-25) y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora (Hch 1,14). Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga. Tú, Virgen de la escucha y la contemplación (Lc 2,19), madre del amor (Si 24, 24 Vulgata), esposa de las bodas eternas (Ap19, 7) , intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino. Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén. Aleluya.

12:13 a.m.

Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26


En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: Por Belzebú, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios. Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?.. porque decís que yo expulso los demonios por Belzebú. Si yo expulso los demonios por Belzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.


Oración introductoria

Señor, tu Reino sólo puede existir en la unidad. Mi debilidad me lleva, no pocas veces, a dividirme interiormente, poniéndote en el centro de mi vida pero sin animarme a quitar todo aquello que me hace alejarme de tu amor. Te pido, en esta oración, tu luz y la fortaleza para saber vivir en la unidad de la fe y en comunión con tu voluntad.


Petición

Jesús, concédeme la gracia de vivir con autenticidad mi fe católica.


Meditación del Papa Francisco


Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, ‘vaga por lugares desiertos, buscando reposo, y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando la encuentra ‘barrida y adornada’, entonces va y ‘toma otros siete espíritus peores que él, que vienen y toman posesión de la morada’. Y, así, el postrer estado de aquel hombre resulta peor que el primero.


La vigilancia…, porque la estrategia de él es aquella: ‘Te has convertido en un cristiano, ve adelante en tu fe, te dejo, te dejo tranquilo. Pero luego, cuando te acostumbras y no vigilas tanto y te sientes seguro, voy a estar de vuelta’. ¡El evangelio de hoy comienza con el demonio expulsado y termina con el demonio que vuelve! San Pedro lo dijo: “Es como un león feroz, que gira a nuestro alrededor". Es así.


‘Pero, padre, ¡usted es un poco anticuado! Nos hace asustar con estas cosas...’. ¡No, yo no! ¡Es el Evangelio! Y no se trata de mentiras: ¡es la Palabra del Señor! Le pedimos al Señor la gracia de tomar en serio estas cosas. Él vino a luchar por nuestra salvación. ¡Él ha vencido al demonio! Por favor, ¡no hagamos tratos con el diablo! Él trata de volver a casa, a tomar posesión de nosotros... ¡No relativizar, sino vigilar! ¡Y siempre con Jesús! (Cf. S.S. Francisco, 11 de octubre de 2013, homilía en Santa Marta).


Reflexión

La multitud queda admirada ante el milagro que Jesús realiza de arrojar un demonio, pero algunos lo acusan de echar los demonios por orden de Satanás o le piden un "signo del cielo", pues el arrojar demonios no parece serlo.


En la respuesta de Jesús se aprecian cuatro pasos:

- un razonamiento: también los discípulos de los rabinos que lo acusan arrojan demonios, luego ¿también ellos están endemoniados?


- un anuncio: si Jesús los arroja es porque ha llegado el Reino de Dios. (En efecto, en Lc 4,16 Jesús pone de relieve los contornos del reino que viene a predicar, cuya síntesis consiste en la liberación de los hombres del poder del pecado por su muerte en la cruz y su resurrección).


- un ejemplo: la metáfora sobre el hombre débil y el fuerte ejemplifica claramente la antítesis entre Satanás y Jesús. La conclusión que se extrae de él es que la victoria de Jesús es radical y definitiva.


- una invitación a ponerse de parte de Cristo, a seguirlo, pero sin bajar la guardia, viviendo el Evangelio. Jesús no oculta el riesgo que corre quien decide seguir sus huellas: las fuerzas del mal podrían regresar para vencer al seguidor de Cristo.


Concluyendo, en este pasaje se nota un recrudecerse de las relaciones de Cristo con sus adversarios. Desde el inicio del Evangelio notamos la oposición que Cristo encuentra contra su propia persona y contra su mensaje. Este conflicto llegará a su culmen en la pasión.


Propósito

Hacer una visita al Santísimo Sacramento para preparar mi próxima confesión sacramental.


Diálogo con Cristo

Jesucristo, tu omnipotencia es clara señal de que eres el Hijo de Dios, dador de todos los bienes. Pero yo no quiero acercarme a Ti para pedir pruebas o los bienes materiales que ocupan mi atención. Yo sólo te suplico me des la fe necesaria que me permita alejarme de vivir mi cristianismo rutinariamente. Dame sinceridad de vida y la gracia de ser siempre fiel a mi conciencia.



Hermanos Franciscanos

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