Con palabras sublimes, ardiente de amor, María también lo mecía: "¿quién me concedió, a mí, concebir y dar a luz al que es el único y el múltiple, el Pequeño y el Grande? está entero cerca de mí, y por completo cerca de todo el universo. El día en que Gabriel mismo entró en mi pobre casa, me saludó como a noble dama siendo sirvienta: ¡si yo era la sierva de tu divinidad!(Lc 1,38), pero soy la madre también de tu humanidad, ¡mi Señor y mi hijo! La sierva de repente se hizo hija de rey, ¡por ti, Hijo de rey! ¡ Por de ti, hijo de David, la más humilde en la casa de David, una chica de la tierra alcanza hasta el cielo, ¿Por aquel que es del cielo! ¡Qué maravilla! cerca de mí reposa este recién nacido, el más Anciano de todos los tiempos! (Dn 7,9) fija su mirada sobre el cielo entero, Mientras que sin tregua Sus labios balbucean. ¡Como se me parece! ¡Mientras que con Dios habla en silencio! ¿Quién jamás vió a un recién nacido mirar en todo lugar todas las cosas? Su mirada da a entender que es él quien dirige toda la creación de arriba a abajo. Su mirada da a entender que es el dueño de todo el universo. ¿Cómo abriré unana fuente de leche para ti, que eres la Fuente? ¿Cómo te alimentaré a Ti que alimentas a todo ser de tu mesa? ¿Cómo te cubriré de mantillas, A Ti que estás vestido de esplendor? (Sal. 103,2) ¡Mi boca no sabe cómo llamarte, ¡Oh, Hijo del Dios vivo! (Mt 16,16) Si me atrevo a llamarte hijo de José, tiemblo porque no eres de su semilla … Aunque seas el Hijo del Único en lo sucesivo te llamaré el hijo de un gran número, porque para ti no bastan millares de nombres: eres Hijo de Dios, pero también hijo del hombre (Mc 1,1; 8,31) Y luego, hijo de José (Lc 3,23) e hijo de David (Lc 20,41) e hijo de María (Mc 6,3). December 23, 2013 at 05:00PM