PADRE SANTIAGO MARTIN F.M. - Homilía Domingo de Pentecostés - Junio 9/19

_”Verbum Spei”_
_”Palabra de Esperanza”_
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*Domingo de Pentecostés*
*El Evangelio de hoy*
*Juan 14, 15-16. 23-26*
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas, y les recordará todo cuanto yo les he dicho”.
*Reflexión:*
Ese día de Pentecostés, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo, los apóstoles estaban reunidos en el Cenáculo, con las puertas cerradas por miedo a los judíos, y allí recibieron el don del Espíritu Santo.
Después de que el Espíritu Santo bajara sobre los apóstoles reunidos en el Cenáculo, éstos salieron con fuerza a anunciar la Buena Noticia en todas las lenguas conocidas, para que todos aquellos que los escuchasen pudiesen entender el Evangelio que predicaban. Podemos decir que con este acontecimiento se ponía en marcha la Iglesia, salía del miedo para llevar a todos la palabra de Dios. El don de lenguas, don que da el Espíritu Santo, es una señal de la universalidad del Evangelio: todos podían entenderles.
*Oración*
Señor Jesús, Señor, ayúdame a estar contigo.
Envía tu Espíritu Santo y que renueve toda mi vida.
Amén.
*Acción:*
Este día voy a detenerme a pensar cómo he correspondido a tu amor; reflexionar si he reconocido, aceptado y seguido las inspiraciones del Espíritu Santo, que habita en mí, que intercede por mí, que mi ilumina y que me recuerda tu Palabra
_”Nuntium Verbi Dei”_
_“Mensaje de la palabra de Dios”_
Por: H. Jose Torres, L.C. | Fuente: www.somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, que abra mi corazón a tus inspiraciones para poder cumplir siempre tu santa voluntad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 15-16. 23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad.
El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas, y les recordará todo cuanto yo les he dicho".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes» ¿Puede haber una frase más consoladora que esta? Al pensar en estas palabras que Jesús pronunció a sus discípulos, podemos imaginar cuánto amor encierra esta afirmación. Él rogará por nosotros, así nos lo dice, pero tenemos que leer en primera persona estas palabras; nos habla a cada uno de nosotros de forma particular. Él nos dará un Consolador, alguien que nos guíe y que no nos dejará solos jamás. Y nos toca a nosotros ahora no abandonarlo, o mejor dicho no creer que con nuestras propias fuerzas podremos superar todos los obstáculos «No permitan que el mundo les haga creer que es mejor caminar solos. No cedan a la tentación de ensimismarse, de volverse egoístas o superficiales ante el dolor, la dificultad o el éxito pasajero» Papa Francisco, mensaje para los jóvenes de Lituania.
«El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada». Somos morada del Espíritu Santo, eso es un regalo que se nos hace a partir de Bautismo. A partir de ese momento somos templo donde habita la Trinidad Beatísima. Por tanto, debemos cultivar en nuestra vida cotidiana el trato asiduo con Dios, pero no con formalidades rígidas que nos puedan asemejar con un fariseísmo, sino que debemos cultivar el trato filial, amoroso y sincero con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es una «familia» de tres Personas que se aman tanto que conforman una sola cosa.
Por último, pidamos a María, Reina de los apóstoles y madre de la Iglesia, que el día de hoy en el que celebramos la fiesta de Pentecostés interceda ante la Trinidad Beatísima, para que en nuestros corazones arda el fuego abrazador del amor divino y nos impulse a ser cada día más fieles a la voluntad de Dios.
«Mediante el Bautismo, el Espíritu Santo nos ha insertado en el corazón y en la vida misma de Dios, que es comunión de amor. Dios es una “familia” de tres Personas que se aman tanto que forman una sola cosa. Esta “familia divina” no está cerrada en sí misma, sino que es abierta, se comunica en la creación y en la historia y ha entrado en el mundo de los hombres para invitar a todos a formar parte de ella. El horizonte trinitario de comunión envuelve a todos y nos estimula a vivir en el amor y en el compartir fraterno, seguros que allí donde hay amor, allí está Dios.»
(Santísima Trinidad, ángelus del Papa Francisco, 22 mayo, 2016)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré estar muy atento en la Santa Misa, sabiendo que, al igual que los discípulos, ahora yo me encuentro reunido, ya no en el cenáculo, pero si frente a la mesa de la Eucaristía como Iglesia militante, viviendo la comunión de los santos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.