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10:41 a.m.
Elías dijo a Ajab: "Sube a comer y a beber, porque ya se percibe el ruido de la lluvia". Ajab subió a comer y a beber, mientras Elías subía a la cumbre del Carmelo. Allí se postró en tierra, con el rostro entre las rodillas. Y dijo a su servidor: "Sube y mira hacia el mar". El subió, miró y dijo: "No hay nada". Elías añadió: "Vuelve a hacerlo siete veces". La séptima vez, el servidor dijo: "Se eleva del mar una nube, pequeña como la palma de una mano". Elías dijo: "Ve a decir a Ajab: Engancha el carro y baja, para que la lluvia no te lo impida". El cielo se oscureció cada vez más por las nubes y el viento, y empezó a llover copiosamente. Ajab subió a su carro y partió para Izreel. La mano del Señor se posó sobre Elías; él se ató el cinturón y corrió delante de Ajab hasta la entrada de Izreel.

10:41 a.m.
Visitas la tierra, la haces fértil y la colmas de riquezas; los canales de Dios desbordan de agua, y así preparas sus trigales: riegas los surcos de la tierra, emparejas sus terrones; la ablandas con aguaceros y bendices sus brotes. Tú coronas el año con tus bienes, y a tu paso rebosa la abundancia; rebosan los pastos del desierto y las colinas se ciñen de alegría.

Hermanos Franciscanos

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