lunes 14 Diciembre 2015 : Libro de los Números 24,2-7.15-17a.

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“Verbum Spei”
“Palabra de Esperanza”
verbumspei.wordpress.com
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3° Domingo Adviento
El Evangelio de hoy
Lucas 3, 10-18
En aquel tiempo la gente le preguntaba a Juan el Bautista: «Qué debemos hacer?» Él les contestó: «Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo».
También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: «Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?» Él les decía: «No cobren más de lo establecido». Unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?» Él les dijo: «No extorsionen a nadie ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario».
Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas diciéndoles: «Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue».
Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva.
Reflexión:
La gente preguntaba a Juan: ¿entonces, qué hacemos? Y, para poder vivir con alegría este tercer domingo de Adviento, no está mal que meditemos con profundidad las palabras de Juan el Bautista, el Precursor del Mesías. Juan estaba en el desierto de Judea y mucha gente, atraída por su fama de santidad, acudía hasta allí para preguntarle qué debían hacer para salvarse. Él les respondía que fueran generosos y que compartieran lo que tenían con los que no tenían lo necesario para vivir, que no fueran corruptos y que se conformaran con lo que ganaban legalmente y, sobre todo, que esperaran al que había de venir, al Mesías, para ser bautizados no sólo con agua, sino con Espíritu Santo y fuego. Todo lo que decía Juan a los judíos que acudían a él, podría decírnoslo también hoy a nosotros, los cristianos de este siglo XXI. Ser compasivos y misericordiosos con los necesitados, no ser corruptos y tramposos en nuestras cuentas y en nuestra vida, vivir, en definitiva, según el espíritu de Jesús. Si, pues, queremos vivir el Adviento y la Navidad en comunión con Cristo y con una verdadera alegría cristiana, debemos eliminar de nuestras vidas, ya desde ahora mismo, todo aquello que nos impide vivir alegres, como buenos discípulos de Cristo.
Oración:
Señor Jesús, devuélveme la alegría de tu salvación y afianzame con un espíritu generoso para prepararme en estos próximos días de Navidad, y caiga en la cuenta de que Dios es salvación. Amén.
Acción:
Hoy buscaré la alegría y la paz de corazón, es necesario volver de los caminos equivocados y ayudar a los demás.
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“Nuntium Verbi Dei
“Mensaje de la palabra de Dios”
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