Ártículos Más Recientes

10:47 a.m.


No exterminaron a los pueblos como el Señor les había mandado; se mezclaron con los paganos e imitaron sus costumbres; rindieron culto a sus ídolos, que fueron para ellos una trampa. Sacrificaron en honor de los demonios a sus hijos y a sus hijas; Se mancharon con sus acciones y se prostituyeron con su mala conducta; por eso el Señor se indignó contra su pueblo y abominó de su herencia. ¡Cuántas veces no los liberó! Pero ellos, rebeldes a sus consejos, se sumían en su culpa. Sin embargo, él miró su aflicción y escuchó sus lamentos.

10:47 a.m.


Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos". "¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?". "Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

10:47 a.m.


    ¡Oh Jesús!, y ¿quién dirá que no quiere un tan gran bien, habiendo ya en especial pasado por lo más trabajoso? No, ninguna; todas decimos que lo queremos; mas como aún es menester más para que del todo posea el Señor el alma, no basta decirlo, como no bastó al mancebo cuando le dijo el Señor que si quería ser perfecto...     Entrad, entrad, hijas mías, en lo interior; pasad adelante de vuestras obrillas, que por ser cristianas debéis todo eso y mucho más, y os basta que seáis vasallas de Dios. No queráis tanto que os quedéis sin nada. Mirad los santos que entraron a la cámara de este Rey, y veréis la diferencia que hay de ellos a nosotros. No pidáis lo que no tenéis merecido, ni había de llegar a nuestro pensamiento que por mucho que sirvamos lo hemos de merecer los que hemos ofendido a Dios. ¡Oh humildad, humildad! No sé qué tentación me tengo en este caso, que no puedo acabar de creer a quien tanto caso hace de estas sequedades, sino que es un poco de falta de ella....  Probémonos a nosotras mismas, hermanas mías, o pruébenos el Señor que lo sabe bien hacer, aunque muchas veces no queremos entenderlo...Probémonos a nosotras mismas, hermanas mías, o pruébenos el Señor que lo sabe bien hacer, aunque muchas veces no queremos entenderlo...     Y vengamos a estas almas tan concertadas, veamos qué hacen por Dios y luego veremos cómo no tenemos razón de quejarnos de su Majestad. Porque si le volvemos las espaldas y nos vamos tristes como el mancebo del Evangelio, cuando nos dice lo que hemos de hacer para ser perfectos, ¿qué queréis que haga su Majestad que ha de dar el premio conforme al amor que le tenemos? Y este amor, hijas, no ha de ser fabricado en nuestra imaginación, sino probado por obras; y no penséis que ha menester nuestras obras, sino la determinación de nuestra voluntad...Harto buena disposición es, si persevera en aquello y no se torna a meter en las sabandijas de las primeras piezas, aunque sea con el deseo, que no hay duda sino que si persevera en esta desnudez y dejamiento de todo, que alcanzará lo que pretende. Mas ha de ser con condición -y mirad que os aviso de esto-, que se tenga por siervo sin provecho (Lc 12,48).

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.