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11:28 a.m. ,


¿Quieres conocerme más? Soy el padre Adolfo Güémez, LEGIONARIO DE CRISTO. La Legión de Cristo es una congregación religiosa a la cual fui llamado a mis 19 años, atraído por su espiritualidad cristocéntrica, llena de amor a María y a la Iglesia, fidelidad al Papa y un fuerte anhelo de que Cristo Reine en el corazón de los hombres, de las familias y de la sociedad. ¿Deseas saber más de los Legionarios de Cristo? http://legionariosdecristo.org/ ¿Sientes un posible llamado a la vocación en la Legión de Cristo? http://legionariosdecristo.org/ser-legionario/ ¿Te gustaría conocer y/o participar de este carisma desde tu vocación laical? http://www.regnumchristi.org/es/contacto/ SUSCRÍBETE A MI CANAL DE YOUTUBE: http://bit.ly/2iqfI8r @padolfolc www.padreadolfo.com


10:51 a.m.


Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: "Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios. En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús. Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara. Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo. Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres, fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy."

10:51 a.m.


«Yo mismo establecí a mi Rey en Sión, mi santa Montaña.» Voy a proclamar el decreto del Señor: El me ha dicho: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.» «Pídeme, y te daré las naciones como herencia, y como propiedad, los confines de la tierra." Los quebrarás con un cetro de hierro, los destrozarás como a un vaso de arcilla» Por eso, reyes, sean prudentes; aprendan, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor

10:51 a.m.


Jesús dijo a sus discípulos: "No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy". Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."

10:51 a.m.


«En la casa de mi Padre, muchos pueden encontrar allí su morada, si no fuera así ¿os habría dicho: Voy a prepararos un lugar?»...Si en la casa de Dios no hubiera muchas estancias –decía el Señor- sería causa suficiente para anticiparme a preparar mansiones para los santos; pero como sé que hay muchas preparadas esperando la llegada de los que aman a Dios, no es ésta la causa de mi partida, sino la de prepararos el retorno al camino del cielo, como se prepara una estancia, y allanar lo que un tiempo era intransitable. En efecto, el cielo era absolutamente inaccesible al hombre y jamás, hasta entonces, la naturaleza humana había penetrado en el puro y santísimo ámbito de loa ángeles. Cristo fue el primero que inauguró para nosotros esta vía de acceso y ha facilitado al hombre el modo de subir allí, ofreciéndose a sí mismo a Dios Padre como primicia de los muertos y de los que yacen en la tierra. Él es el primer hombre que se ha manifestado a los espíritus celestiales. Por esta razón, los ángeles del cielo, ignorando el augusto y grande misterio de aquella venida en la carne, contemplaban atónitos y maravillados a aquel que ascendía, y, asombrados ante el novedoso e inaudito espectáculo, no pudieron menos de exclamar: ¿Quién es ése que viene de Edom? (Is 63,1), esto es, de la tierra. Así, pues nuestro Señor Jesucristo nos «inauguró para nosotros este camino nuevo y vivo» (He 10,20) como dice san Pablo: «Ha entrado no en un santuario construido por hombre, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros» (He 9,24).

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