En el domingo de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Santo Padre Francisco exhortó a no permitir que los miedos cierren nuestros corazones, para poder experimentar la alegría inmensa de la presencia de Jesús, don para todos los hombres.
Santo Rosario de hoy domingo 6 de enero donde meditamos los misterios gloriosos de la vida de Jesús. 1. La Resurrección de Nuestro Señor. 2. La Ascensión de Jesús al Cielo. 3. La Venida del Espíritu Santo. 4. La Asunción de María al Cielo. 5. La Coronación de María como Reina del Universo. Estudio de la Sagrada Escritura Introducción al Estudio de la Biblia https://youtu.be/hFOAmriENIE Curso de Biblia Historia de la Salvación https://youtu.be/E9N4IB1LTs0 Meditando el Evangelio de san Marcos https://youtu.be/LbJ6DB5P9vM La Misa en la Biblia https://youtu.be/sF-KWC0PGQY La Cuaresma en la Biblia https://youtu.be/Jru-DWffoNo #SantoRosario #RosarioDomingo #MisteriosGloriosos
Fuente: https://www.spreaker.com/user/fraynelson/fraternidad-y-virtudes-domesticas_1 Predicación 7 de 8 - Retiro de Vida Religiosa Apostólica Femenina "Fraternidad y virtudes domésticas"
Los Reyes Magos en busca de la Estrella “De esta manera se revela la hermosa realidad de la venida de Dios para todos: cada nación, lengua y población es acogida y amada por Él. El símbolo de esto es la luz, que alcanza e ilumina todo”, explicó el Pontífice en su homilía haciendo especial hincapié en la figura de los tres Reyes magos de Oriente, quienes en una actitud abierta a las sorpresas de Dios, salieron a buscar al Mesías siguiendo la luz de la estrella: “Lo encontraron, pero no donde ellos pensaban. No en el palacio real de Jerusalén, sino en una humilde morada en Belén”. Los poderosos no se dieron cuenta Igualmente, el Santo Padre señaló que la misma paradoja surgió en Navidad, cuando el Evangelio hablaba del censo de toda la tierra en tiempos del emperador Augusto y del gobernador Cirenio (cf. Lc 2,2): “ninguno de los poderosos de la época se dio cuenta de que el Rey de la historia había nacido en su momento”. Dios ilumina, no deslumbra La explicación está en que la luz de Dios no va a aquellos que brillan con luz propia. “Dios se propone, no se impone, ilumina, pero no deslumbra”- dijo Francisco- aseverando que siempre hay una gran tentación de confundir la luz de Dios con las luces del mundo. La Iglesia no es sol, sino luna “Cuántas veces hemos perseguido los destellos seductores del poder y del protagonismo, convencidos de que estamos haciendo un buen servicio al Evangelio, pero en realidad encendimos las luces en el lado equivocado, porque Dios no estaba allí”, aseguró el Papa; recordando que Jesús es la verdadera estrella del mundo que brilla en humilde amor; y que sólo Él está al centro. “Cuántas veces, pues, como Iglesia, hemos intentado brillar con nuestra propia luz. Pero no somos el sol de la humanidad. Somos la luna que, a pesar de sus sombras, refleja la luz verdadera, el Señor: Él es la luz del mundo (cf. Jn 9, 5). Él, no nosotros”, afirmó. Buscar un camino alternativo al mundo Y en referencia a la conclusión del Evangelio que relata como los Magos de Oriente, habiendo encontrado a Jesús, "regresaron a su país por otro camino". (Mt 2,12); Francisco subraya que se trata de buscar “un camino alternativo al mundo, como el que siguen los que se quedan con Jesús en Navidad: María y José, los pastoresy no la vía de los poderosos, como los escribas consultados por Herodes que sabiendo dónde había nacido Jesús no se movieron”. Imitemos a los Reyes Magos “No basta con saber dónde nació Jesús, como los escribas, si no llegamos a ese lugar. No basta saber que Jesús nació, como Herodes, si no lo encontramos. Cuando su dónde se convierte en nuestro dónde, su cuándo en nuestro cuándo, su persona en nuestra vida, entonces las profecías se cumplen en nosotros. Entonces Jesús nace dentro de mí y se convierte en un Dios vivo para mí. Hoy estamos invitados a imitar a los Reyes Magos. No discuten, sino que caminan; no se quedan a mirar, sino que entran en la casa de Jesús; no se ponen en el centro, sino que se inclinan ante Él, que es el centro; no se fijan en sus propios planes, sino que están dispuestos a tomar otros caminos”, concluyó el Pontífice.