Ártículos Más Recientes

11:02 a.m. ,


“No matar”. El Quinto mandamiento del Decálogo tema de la catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles 10 de octubre de 2018. “La vida es atacada por las guerras, por las organizaciones que explotan al hombre, por las especulaciones sobre la creación y la cultura del descarte, y por todos los sistemas que someten la existencia humana a cálculos de oportunidad, mientras que un número escandaloso de personas viven en un estado indigno del hombre. Esto es el desprecio por la vida, es decir: matar, de alguna forma”.


10:43 a.m.


Gálatas insensatos, ¿quién los ha seducido a ustedes, ante quienes fue presentada la imagen de Jesucristo crucificado? Una sola cosa quiero saber: ¿ustedes recibieron el Espíritu por las obras de la Ley o por haber creído en la predicación? ¿Han sido tan insensatos que llegaron al extremo de comenzar por el Espíritu, para acabar ahora en la carne? ¿Habrá sido en vano que recibieron tantos favores? ¡Ojalá no haya sido en vano! Aquel que les prodiga el Espíritu y está obrando milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la Ley o porque han creído en la predicación?

10:43 a.m.


Nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas. Para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, Se acordó del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida.

10:43 a.m.


Jesús dijo a sus discípulos: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle', y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".

10:43 a.m.


«Si uno de ustedes tiene un amigo y acude a él a medianoche para decirle: “Amigo mío, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo y no tengo qué ofrecerle”»: Según la inteligencia espiritual, sabemos que este amigo es Cristo. «No los llamo ya siervos, sino amigos» (Jn 15:15). Debemos ir hacia este amigo, de noche, es decir en el silencio de la noche, como lo hizo Nicodemo de quien se ha dicho «fue éste donde Jesús de noche» (Jn 3:2). En primer lugar porque en el silencio secreto de la noche, hay que tocar a la puerta por medio de la oración, según Isaías: «mi ser te anhela de noche» (Is 26:9). Sino en la noche de la tribulación, según Oseas: «En medio de sus tribulaciones, se levantaran desde la mañana» (Os 5:15). En efecto, el amigo que llega de viaje, es nuestro espíritu que vuelve a nosotros tan pronto se ha alejado por causa de los bienes temporales. El placer hace que este amigo se aleje, pero la tribulación lo hace volver, tal y como está escrito en Lucas a propósito del hijo pródigo que se alejó a causa de la lujuria y que regresó a causa de la miseria (Lc 15:11-32). Quien regresa es quien entra en sí mismo, pero se encuentra sin el consuelo del alimento espiritual. Para este amigo hambriento que ha vuelto, hay que pedir al amigo verdadero tres panes, es decir la inteligencia de la Trinidad, ósea el nombre de las tres personas, para que encuentre su alimento en el conocimiento del Dios único. O bien estos tres panes son la fe, la esperanza y la caridad, por medio de las cuales es llamada una triple virtud en el alma. Con respecto a esto último, se lee en el libro de Reyes: «Cuando llegues a la Encina del Tabor, encontrarás tres hombres que suben donde Dios, a Betel. Uno llevará tres cabritos, otro tres tortas de pan y el tercero un odre de vino» (1 S 10:3), afín que en esto estén comprendidas la unidad de la gracia y la trinidad de las virtudes por las cuales la imagen de Dios se forma en el alma.

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.