

“Verbum Spei”
“Palabra de Esperanza”
https://m.facebook.com/ParroquiaSanPabloAcala/
4° Domingo de Cuaresma
El Evangelio de hoy
Juan 9, 1-41
En cierta ocasión, al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: “Maestro, ¿quién pecó, él o sus padres para que naciera ciego?”. Jesús respondió: “No fue porque él o sus padres pecaran, sino que nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios. Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo”. Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo puso al ciego en los ojos, diciéndole: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa: ‘Enviado’)”. El ciego fue, se lavó, y al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes estaban acostumbrados a verlo pedir limosna, decían: “¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?”. Y unos decían: “Sí, es el mismo”. Pero otros replicaban: “No, es que se parecen”. Y el ciego aseguraba: “¡Sí, soy yo!”. Entonces le preguntaron: “¿Y cómo se te abrieron los ojos?”. Respondió: “Ese hombre llamado Jesús hizo barro, me lo puso en los ojos y me dijo que fuera a Siloé y me lavara. Yo fui, me lavé y empecé a ver”. Ellos le preguntaron: “¿Dónde está ese hombre?”. Él respondió que no sabía. Entonces llevaron al que había sido ciego a donde los fariseos. El día en que Jesús había hecho el barro y le había abierto los ojos al ciego era sábado. También los fariseos le preguntaron cómo había empezado a ver. Él les dijo: “Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo”. Algunos de los fariseos decían: “Ese hombre no es enviado por Dios, porque no guarda el sábado”. Y otros replicaban: “¿Pero cómo puede un hombre pecador hacer semejantes milagros?”. Y los pareceres estaban divididos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: “¿Y tú qué dices de Él? –puesto que fue a ti a quien te abrió los ojos”. Él respondió: “Que es un profeta”. Pero las autoridades judías no creyeron que él había sido ciego y que había empezado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: “¿Es este su hijo? ¿Certifican que nació ciego? ¿Cómo puede ver ahora?”. Ellos respondieron: “Estamos seguros de que es hijo nuestro y de que nació ciego. Pero cómo puede ver ahora, no lo sabemos, ni sabemos quién le abrió los ojos. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad y puede contar lo que le pasó”. Esto lo dijeron los padres del ciego por temor a las autoridades judías, pues ya ellas habían decidido que si alguno reconocía a Jesús como Mesías, lo expulsarían de la sinagoga. Por eso sus padres respondieron: “Ya es mayor de edad; pregúntenselo a él”. Llamaron entonces por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: “Reconoce ante Dios la verdad. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador”. Él respondió: “Que sea pecador a mí no me consta. Una cosa me consta, que yo era ciego y ahora veo”. Ellos le preguntaron: “¿Qué fue lo que te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?”. Él les contestó: “Ya se lo dije, pero no me hicieron caso. ¿Por qué quieren oírlo otra vez. Es que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?”. Ellos lo injuriaron y le dijeron: “Discípulo suyo lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés sí le habló Dios. Ese hombre no sabemos de dónde viene”. Él les replicó: “Pues esto es lo extraño: Él me abrió a mí los ojos, y ustedes no saben de dónde viene. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; pero en cambio escucha al que lo honra y cumple su voluntad. Jamás se había oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si este no fuera enviado por Dios, no podría hacer nada”. Ellos le dijeron: “Con la carga de pecados que naciste, ¿vienes a darnos lecciones a nosotros?”. Entonces lo expulsaron. Jesús se enteró de que lo habían expulsado de la sinagoga, y al encontrarlo, le preguntó: “¿Crees en el Hijo del hombre?”. Él respondió: “¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?”. Jesús le dijo: “Lo estás viendo: es el que te habla”. Entonces exclamó: “Creo, Señor”. Y se postró ante Él. Jesús dijo: “Yo vine a este mundo a provocar la crisis: así los que no ven verán, y los que ven quedarán ciegos”. Los fariseos que estaban con Jesús oyeron esto y dijeron: “¿Acaso también nosotros somos ciegos?”. Jesús les respondió: “Si fueran ciegos, no serían culpables. Pero como dicen que ven, su pecado no tiene remedio”.
Reflexión
Los criterios de elección de Dios en Cristo están en sintonía con la idea de que Él revela su poder precisamente en la debilidad, muestra su luz justo a través de un pueblo que vivía en las tinieblas, exhibe sus valores entre gente que vivía una conducta totalmente contrapuesta. Por eso, en Cristo hemos sido liberados de todo temor, teniendo acceso a la gracia por su misterio pascual.
Para Dios todo es posible. Y así lo descubrimos, cuando Él revela su luz y su misericordia justamente en medio de lo que los demás consideran pecado, pero que para Él es una maravillosa oportunidad para revelar su amor. Jesús es revelador de este poder, quien, pasando por encima de la naturaleza de la enfermedad, sana al enfermo y abre su ser al misterio de Dios.
El misterio de la misericordia de Dios sorprende e impresiona una y otra vez, obligando a ir más allá de los límites conocidos, rompiendo nuestros mezquinos paradigmas y ofreciendo la salvación a quien menos se lo espera. Jesús es la encarnación de la misericordia de Dios, que más que fijarse en quien peca, se fija en quien necesita experimentar, en la propia carne, la misericordia, la salvación y la luz divina. La palabra cuestiona conceptos reduccionistas de la salvación, amplía los horizontes en dimensiones que superan toda nuestra capacidad, revela al Dios que se comunica.
Oración
Señor Jesús, concédenos el don de tu luz para ver más allá de nuestras mezquindades, contemplar la universalidad de tu salvación y gozar de tu Iglesia, formada por todas las naciones. Amén.
Acción
Para reflexionar: ¿Estamos siguiendo durante esta Cuaresma un proceso de continua iluminación con la Palabra del Señor?
“Nuntium Verbi Dei”
“Mensaje de la palabra de Dios”

Publicar un comentario