
_”Verbum Spei”_
_”Palabra de Esperanza”_
https://m.facebook.com/ParroquiaSanPabloAcala/
*32° Domingo Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Lucas 20, 27-38*
Cuando Jesús estaba ya en Jerusalén, se le acercaron unos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le presentaron el siguiente caso: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin dejar hijos, el hermano del difunto debe casarse con la viuda para procurar descendencia a su hermano. Pues resulta que había siete hermanos. El primero se casó, pero se murió sin dejar hijos. Entonces el segundo y luego el tercero se casaron con la viuda, y así sucesivamente todos los siete, pero murieron sin dejar hijos. Finalmente se murió también la mujer. Esa mujer, suponiendo que haya resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa? Porque los siete estuvieron casados con ella”. Jesús les respondió: “En este mundo se casan hombres y mujeres, pero aquellos a quienes Dios concede la gracia de llegar a la vida futura y a la resurrección, no se casan. Pero es que tampoco pueden ya morir, porque son iguales a los ángeles e hijos de Dios, gracias a la resurrección. Ahora bien, que los muertos resuciten, ya lo indicó Moisés en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor ‘el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob’. Él no es un Dios de muertos sino de vivos, porque para Dios todos ellos están vivos”.
*Reflexión*
Jesús aclara el concepto de resurrección y lo que significa para el cristiano. Es otra dimensión. No se trata de una simple reanimación del cuerpo, ni de una prolongación de esta vida. Por eso es absurdo el planteamiento de los saduceos. Jesús aclara que cuando morimos aquí participamos en la resurrección, mediante la cual no volvemos a morir. En la vida en plenitud no importará si uno está casado o soltero, es una vida nueva, donde se manifestará de verdad que somos hijos de Dios y le “veremos tal cual es”. El error está en confundir el cuerpo con la materia. No es el cadáver lo que se reanima con la resurrección, es todo nuestro ser el que participa de una vida eterna, que no se acaba, que plenifica, que nos hace felices para siempre.
Jesús explicó a los saduceos que en la vida presente morimos, pero los hijos de Dios van a resucitar y vivir como los ángeles.
El Dios de Jesucristo, no es de muertos, sino de vivos; es decir, para El todos ellos están vivos”. Es aquí donde Reina la esperanza en nosotros, la muerte no tiene la última palabra.
*Oración*
Señor Jesús, danos un anhelo firme y una fe inquebrantable en que tú nos resucitarás; y haz que esta convicción sea nuestra fuerza cada día de nuestra vida. Amén.
*Acción*
Hoy reflexionaré: ¿Creo verdaderamente en la promesa de que Dios nos va a resucitar? La fe nos invita a creer más allá de lo que vemos.
_”Nuntium Verbi Dei”_
_“Mensaje de la palabra de Dios”_
Publicar un comentario