
“La alegría de ser discípulos de Jesús” es el tema sobre el que ha reflexionado este mediodía el Pontífice antes de rezar la oración mariana del Ángelus. Se trata – ha explicado – de la alegría de ese “don” que hace de cada discípulo un misionero, también de la alegría de aquel “que camina en compañía del Señor Jesús, que aprende de Él a gastarse sin reservas por los demás, libre de sí mismo y de sus propias posesiones”.
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