
Recen con valentía, cara a cara con el Señor, no con tibieza, sino poniendo todos sus esfuerzos en ello. Exhortando a dirigirnos a Dios de esta manera Francisco centró su reflexión en la oración, uno de los tres modos, junto al ayuno y la caridad – dijo – para prepararse a la Pascua durante la Cuaresma.
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