
Canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas! ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! Hirió de muerte a los primogénitos de aquel país, a las primicias de todo ser viviente; sacó a su pueblo cargado de oro y plata, y nadie desfalleció entre sus tribus: Él se acordó de la palabra sagrada, que había dado a Abraham, su servidor, e hizo salir a su pueblo con alegría, a sus elegidos, entre cantos de triunfo
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