
Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida. Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. su corazón está firme, nada teme, al final, despreciará a sus adversarios. Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad.
Publicar un comentario