Entonces Ana pronunció este cántico: «Mi corazón se alegra con Yavé, lena de fuerza me siento con Yavé; ya puedo responder a quienes me ofendían porque me salvaste, y soy feliz. Se rompe el arco de los poderosos, pero de fuerza se ciñen los débiles. Los satisfechos trabajan por un pan, pero los hambrientos ahora descansan; la que era estéril tiene siete partos, otra, con muchos hijos, queda sola; Yavé da muerte y vida, hace bajar al lugar de los muertos y hace que de allí vuelvan. Yavé empobrece y enriquece, El humilla, pero luego levanta. Saca del polvo al pequeño y retira al pobre del estiércol para que se siente entre los grandes y para darle un trono de gloria. De Yavé son la tierra y sus columnas, sobre ellas el mundo estableció.
June 06, 2013 at 05:17PM
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