La memoria de poder y abuso de poder es el nuevo libro escrito por la profesora de historia Franziska Metzger, el teólogo Paul Oberholzer y el P. Hans Zollner, sacerdote jesuita y experto en la lucha contra el abuso sexual en la Iglesia, en el que ilustran cómo el uso del poder puede también conducir a un abuso de la memoria.
El P. Zollner reveló en conversación con ACI Prensa la razón por la que los coautores decidieron escribir este libro: descubrir que a la Iglesia Católica “le resulta difícil recordarse a sí misma y recordar a los demás el abuso de poder infligido por miembros del clero a muchas víctimas de violencia sexual y de otros tipos”.
Una cultura de la memoria adecuada
En la obra se expone cómo aquellos que disponen de poder pueden también “borrar los puntos oscuros de la conciencia pública mediante una política de la memoria”. El libro cuenta además con la opinión de profesionales de diversas disciplinas, ya que “el poder, el abuso y la memoria son fenómenos complejos que deben examinarse desde distintas perspectivas”, afirma el sacerdote alemán.
Para el P. Zollner, una cultura de la memoria adecuada “resulta en un compromiso creíble con la transparencia, la rendición de cuentas y la justicia restaurativa”. Para ello, afirma, es necesario “crear espacios seguros para que los supervivientes puedan contar sus historias sin temor a re-traumatización, vergüenza o incluso represalias, y hacerlo de una manera que se adecue a ellos”.
También citó los “factores sistémicos” que han contribuido al abuso, como “el clericalismo y la priorización del prestigio institucional por encima del bienestar de los niños, jóvenes y otras personas vulnerables”. “Al reconocer honestamente el pasado —añade— y tomar medidas concretas para prevenir futuros abusos, la Iglesia puede comenzar a reconstruir la confianza y crear una cultura de sanación”.
Respecto a los abusos sexuales y el encubrimiento de estos crímenes por parte de las autoridades eclesiales, el que fuera miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores remarcó que las dinámicas de poder existentes hasta ese momento habían creado un entorno “en el que las víctimas de abuso a menudo se sentían silenciadas, sus experiencias desestimadas o activamente suprimidas”.
Obstáculos para un proceso de memoria real
Así, el poder institucional de la Iglesia “se utilizó para moldear la narrativa sobre el abuso”, explica el P. Zollner. A su vez, lamenta que esta dinámica se priorizó “con demasiada frecuencia por encima del cuidado de las víctimas”.
“La resistencia de la Iglesia a asumir una responsabilidad integral ha obstaculizado cualquier proceso de memoria real” explica. Asimismo, precisa que “aunque algunas diócesis han tomado medidas para reconocer el abuso y pedir perdón a los supervivientes, muchas han resistido los llamados a la transparencia y la reparación”.
La aparición de los testimonios de los supervivientes ha forzado, según el sacerdote jesuita, “un ajuste de cuentas con el pasado y ha revelado la magnitud del abuso y la complicidad de la Iglesia”, lo que ha derivado en una creciente demanda de conmemorar adecuadamente el sufrimiento.
“Cada vez más de los afectados han comenzado a crear sus propios espacios de memoria, a contar sus historias en libros, entrevistas o mediante imágenes, poemas o pinturas, y a exigir justicia. Este proceso es importante para la sanación y para garantizar que el pasado no se repita”, afirmó.
Al examinar estos abusos desde la perspectiva de la dimensión de la memoria, el P. Zollner precisa que deben “hacerse visibles tanto las historias y narraciones individuales como las formas de narrar, los modos y los espacios de recuerdo en una sociedad, en partes de ella, en comunidades y por parte de distintos agentes”.
En el libro se abordan estas cuestiones con una perspectiva transdisciplinar amplia sobre el poder y la memoria de los abusos de poder en sociedades pasadas y presentes, “con el objetivo de desarrollar enfoques metodológicos fructíferos y esquemas de análisis”.
En consecuencia, los conceptos y líneas de pensamiento de la filosofía y la teoría de la historia, “la didáctica de la historia, la historia religiosa, la teología y la antropología se ponen en relación con perspectivas y enfoques metodológicos del campo de los Memory Studies”.
El P. Zollner remarca que los actos de memoria desempeñan un papel importante en la transformación fundamental de actitudes y mentalidades, “las cuales cambian por algo más que apelaciones cognitivas u órdenes autoritarias”.
Esto, según el coautor, “facilitaría reconocer los desafíos a los que se enfrentan los afectados y ofrecería una imagen más clara de cómo deben ser los esfuerzos continuos para lograr una mayor justicia y una sanación más profunda”.
Reconocer el pasado para reconstruir la confianza
“Conocer el propio pasado ayuda a ser más coherente, más eficaz en la misión y más creíble en el testimonio”, destacó.
El sacerdote remarca que la Iglesia tiene “una implicación histórica y prolongada” en instituciones educativas, académicas, sociales y sanitarias, y reiteró que la protección de menores y adultos vulnerables “no es un asunto exclusivo de unos pocos especialistas; es responsabilidad de cada persona y, ciertamente, de todo cristiano, no solo de los líderes de la Iglesia, sino de todos los discípulos de Cristo”.
“Si bien no es posible erradicar por completo el abuso de menores, sí se puede hacer mucho para crear una cultura de espacios, prácticas y relaciones seguras en la Iglesia. Esto no es una opción; es una responsabilidad derivada de nuestro pasado y es, hoy más que nunca, una parte integral de la misión que el Señor ha confiado a la Iglesia, y es su responsabilidad cumplirla”, concluyó.

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