Hemos sabido que el Arca está en Efrata, la encontramos en los campos de Jaar. Entremos, pues, en su morada, postrémonos ante la tarima de sus pies. ¡Levántate, Señor, y ven a tu reposo, tú y el Arca de tu fuerza! ¡Que tus sacerdotes se revistan de justicia y tus fieles griten de alegría! Por amor a David, tu servidor, no apartes la cara de tu ungido. February 08, 2014 at 05:00PM
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