lunes 14 Agosto 2017 : Deuteronomio 10,12-22.

*”Verbum Spei”*
_”Palabra de Esperanza”_
*19° Domingo Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Mateo 14,22-33*
En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes. Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí.
Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: “¡Es un fantasma!” Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: “Tranquilícense y no teman. Soy yo”.
Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!” Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”.
*Reflexión:*
Hoy, la experiencia de Pedro refleja situaciones que hemos experimentado también nosotros más de una vez. ¿Quién no ha visto hacer aguas sus proyectos y no ha experimentado la tentación del desánimo o de la desesperación?
Pedro creía tener una fe clara y una fuerza muy consistente, pero empezó a hundirse; Pedro había asegurado a Jesús que estaba dispuesto a seguirlo hasta morir, pero su debilidad lo acobardó y negó al Maestro en los hechos de la Pasión. ¿Por qué Pedro se hunde justo cuando empieza a andar sobre el agua? Porque, en vez de mirar a Jesucristo, miró al mar y eso le hizo perder fuerza y, a partir de ese instante, su confianza en el Señor se debilitó y los pies no le respondieron. Pero, Jesús «le extendió la mano, lo agarró y lo salvó.
Cuando noto que el peso de mis pecados y errores me arrastra y me hunde, ¿dejo que el buen Jesús alargue su mano y me salve?
Continuamente Jesús nos está gritando. ¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!
*Oración:*
Señor Jesús, enséñanos a tener una fe fuerte y madura, para que seamos capaces de mantenernos de pie, en los momentos que experimentamos que nos hundimos, a pesar de que todo parezca gris y oscuro. Amén.
*Acción:*
Pondré en manos de Dios ese problema que siempre viene a mi pensamiento y me roba la paz, al traer consigo angustia y desconfianza.
*”Nuntium Verbi Dei”*
_”Mensaje de la palabra de Dios”_