
Las obras del amor siempre son obras de la paz. Cada vez que compartís el amor con los demás, acentuáis la paz en vosotros mismos y en los hermanos. Donde hay paz ahí está Dios. Dios nos muestra su amor y se hace presente en nuestras vidas inundando nuestros corazones de su paz y de su alegría. Condúceme de la muerte a la vida, Del error a la verdad. Condúceme de la desesperanza a la esperanza, Del temor a la confianza. Condúceme del odio al amor, De la guerra a la paz. Haz que la paz colme mi corazón, Llene el mundo y nuestro universo: Paz, paz, paz.
Publicar un comentario