
Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. El Señor frustra el designio de las naciones y deshace los planes de los pueblos, El designio del Señor permanece para siempre, y sus planes, a lo largo de las generaciones.
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