
Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas. Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar himnos a tu Nombre, Altísimo. Escarmentaste a las naciones, destruiste a los impíos y borraste sus nombres para siempre; Los pueblos se han hundido en la fosa que abrieron, su pie quedó atrapado en la red que ocultaron. Pero el Señor reina eternamente y establece su trono para el juicio: él gobierna al mundo con justicia y juzga con rectitud a las naciones.
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