Los fariseos quieren eliminar a Jesús

12:41 a.m.
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos, en cuanto salieron, se confabularon contra Jesús para ver cómo eliminarle. Jesús, al saberlo, se retiró de allí. Le siguieron muchos y los curó a todos. Y les mandó enérgicamente que no le descubrieran; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: "He aquí mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: en su nombre pondrán las naciones su esperanza".


Oración introductoria


Señor, qué grande es tu sabiduría y amor. Humildemente te retiras porque no era el tiempo, para quienes te perseguían, de conocer tu verdad. Yo creo, espero y te amo, por eso pongo en Ti toda mi esperanza. Confío en que ilumines mi oración para que, por medio de ella, te ame más, porque Tú eres digno de ser amado sobre todas las cosas.


Petición


Señor, haz que busque no tanto decir, sino ser un evangelizador auténtico.


Meditación del Papa Francisco


¿Cómo entra Jesús en Jerusalén? La multitud lo aclama como rey. Y él no se opone, no la hace callar. Pero, ¿qué tipo de rey es Jesús? Mirémoslo: montado en un pollino, no tiene una corte que lo sigue, no está rodeado por un ejército, símbolo de fuerza.

Quien lo acoge es gente humilde, sencilla, que tiene el sentido de ver en Jesús algo más; tiene ese sentido de la fe, que dice: Éste es el Salvador. Jesús no entra en la Ciudad Santa para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra, a quien tiene poder, a quien domina; entra para ser azotado, insultado y ultrajado, como anuncia Isaías; entra para recibir una corona de espinas, una caña, un manto de púrpura: su realeza será objeto de burla; entra para subir al Calvario cargando un madero.

Y, entonces, he aquí la segunda palabra: cruz. Jesús entra en Jerusalén para morir en la cruz. Y es precisamente aquí donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es el madero de la cruz. (S.S. Francisco, 24 de marzo de 2013).


Reflexión


La irritación de los fariseos había llegado a su extremo. No podían tolerar más que ese hombre, como lo llamaban despectivamente, siguiera diciendo las cosas que decía. Y en ello no podemos no encontrar el misterio de la soberbia humana que ante la hermosura de Dios es capaz de encerrarse y no ver lo que la inteligencia logra tocar tan claramente.


Es en esta paradoja cuando se siente la voz, en la boca del profeta Isaías, de Aquel que lo ha mandado para amar hasta el extremo a los hombres, así como Él mismo había amado a su pueblo elegido: Este es mi Niño, a quien elegí, en quien se ha complacido mi alma...


Esta es la Voz verdadera del Padre que habla sobre su Hijo a los hombres. Cuando fue bautizado en el Jordán, así se escuchó la Voz del Omnipotente con similares palabras: Este es mi Hijo dilecto, en quien me he complacido. Y cuando estaban en el monte Tabor y las vestiduras de Jesús se le volvieron radiantes como el sol, el Padre dirigió las mismas palabras del Jordán y añadió: Escuchadle, como queriendo dar a entender que todo cuanto Él desea como Padre es cuanto su mismo Hijo, ya echo como uno de nosotros, ha venido a enseñarnos con su palabra y con su vida.


De este modo la Voz del Padre es la Voz del Hijo, y ese Padre es capaz de expresar cálidas palabras de amor, como Cristo lo hizo con Corazón de Dios y Hombre. No es posible, por tanto, que ante tanto amor el hombre permanezca indiferente y encerrado en su egoísmo.


Y sin embargo los fariseos, que representan nuestra parte más horriblemente egoísta, se cerraron a las entrañas de amor de Dios. No seamos como ellos, intentemos sólo aplicar los oídos del alma al Corazón de Cristo y aprender el amor del Padre en Él, para ser dignos hijos de Aquel que nos hizo suyos por el bautismo y la gracia. Recordémoslo, también nosotros somos hijos de Dios.


Propósito


Ahora que hemos intuido cuál es su modo de obrar, iniciemos en nuestra vida los cambios necesarios para actuar como Cristo nos pide.


Diálogo con Cristo


Jesucristo, Tú siempre curas, física y espiritualmente, a quien se acerca. Para Ti lo importante es curar el alma, pero sabiendo de nuestras limitaciones humanas, también curas lo exterior. Lo único que pides es una muestra pequeña de fe y esperanza. Por intercesión de tu Madre, quiero colaborar en llevar este mensaje a los demás, especialmente a mi familia. Que la extensión de tu Reino sea el ideal que inspire, estimule, dirija y conforme mi vida.



July 21, 2014 at 12:31AM
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