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11:02 a.m. ,


El mensaje del Señor es claro, evidencia el Papa: "mientras los grandes de la Tierra construyen 'tronos' para su propio poder, Dios elige un trono incómodo, la cruz, desde la cual reinar dando su vida": porque "El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos". Papa Francisco: Mensaje para los Matrimonios: https://youtu.be/CIUvjSebEy0 Dinero y Poder Hacen Esclavo al Hombre: https://youtu.be/TH8SCUijOp8 Mensaje a los Jóvenes: https://youtu.be/5hft6QNUsVI Rezar el Rosario para que la Virgen Proteja a la Iglesia: https://youtu.be/0gw6C_vbQ6U Vaciar el Corazón para HACER ESPACIO A JESÚS: https://youtu.be/kGp1umoFzWs Mensaje Ecuménico: https://youtu.be/HKg6F_Dfdb0


10:48 a.m.


Hermanos: Ustedes estaban muertos a causa de las faltas y pecados que cometían, cuando vivían conforme al criterio de este mundo, según el Príncipe que domina en el espacio, el mismo Espíritu que sigue actuando en aquellos que se rebelan. Todos nosotros también nos comportábamos así en otro tiempo, viviendo conforme a nuestros deseos carnales y satisfaciendo las apetencias de la carne y nuestras malas inclinaciones, de manera que por nuestra condición estábamos condenados a la ira, igual que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo -¡ustedes han sido salvados gratuitamente!- y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo. Así, Dios ha querido demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el amor que nos tiene en Cristo Jesús. Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es el resultado de las obras, para que nadie se gloríe. Nosotros somos creación suya: fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar aquellas buenas obras, que Dios preparó de antemano para que las practicáramos.

10:48 a.m.


Sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos. Reconozcan que el Señor es Dios: él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. Entren por sus puertas dando gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y bendigan su Nombre. ¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

10:48 a.m.


En aquel tiempo: Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".

10:48 a.m.


Todos aspiramos a ser felices y a estar en paz. Hemos sido creados para eso y no podemos encontrar la felicidad y la paz sin amar a Dios, amarlo nos trae felicidad y bienestar. Muchos, sobre todo en Occidente, piensan que vivir en la comodidad da la felicidad. Yo pienso que es más difícil ser feliz en la riqueza pues las preocupaciones para ganar dinero y conservarlo nos ocultan a Dios. Sin embargo, si Dios les ha confiado riquezas, háganlas que sirvan a sus obras: ayuden a los demás, ayuden a los pobres, creen empleos, den empleos a los demás. No malgasten vanamente su fortuna; tener una casa, honores, la libertad, la salud, todo esto nos ha sido confiado por Dios para ponerlo al servicio de aquellos que son menos afortunados que nosotros. Jesús dijo: «lo que hagan con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí» (Mt 25:40). Por consecuente, la única cosa que puede entristecerme es ofender a nuestro Señor por mi egoísmo, mi falta de caridad hacia los demás o de ofender a alguien. Hiriendo a los pobres, hiriéndonos los unos a los otros, herimos a Dios. Es a Dios a quien pertenece el dar y retomar (Job 1:21); compartan entonces lo que han recibido, incluso sus propias vidas.

Hermanos Franciscanos

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