Ártículos Más Recientes

10:46 a.m.
Amasías, el sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboám, rey de Israel: "Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el país ya no puede tolerar todas sus palabras. Porque él anda diciendo: 'Jeroboám morirá por la espada e Israel irá al cautiverio lejos de su país'". Después, Amasías dijo a Amós: "Vete de aquí, vidente, refúgiate en el país de Judá, gánate allí la vida y profetiza allí. Pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque este es un santuario del rey, un templo del reino". Amós respondió a Amasías: "Yo no soy profeta, ni hijo de profetas, sino pastor y cultivador de sicómoros; pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: 'Ve a profetizar a mi pueblo Israel'. Y Ahora, escucha la palabra del Señor. Tu dices: 'No profetices contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac'. Por eso, dice el Señor: 'Tu mujer se prostituirá en plena ciudad, tus hijos y tus hijas caerán bajo la espada; tu suelo será repartido con la cuerda, tú mismo morirás en tierra impura e Israel irá al cautiverio lejos de su país'".

10:46 a.m.
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos. La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo del panal.

10:46 a.m.
Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad. Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados". Algunos escribas pensaron: "Este hombre blasfema". Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate y camina'? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". El se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

10:46 a.m.
“Vino a su ciudad; y he aquí que le presentaron un paralítico, acostado en una camilla” (Mt 9,1), Jesús, dice el evangelio, viendo la fe que tenían los que le acompañaban dice al paralítico: “¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados”. El paralítico, oye este perdón y se queda callado. No lo agradece en absoluto. Deseaba más la curación de su cuerpo que la de su alma. Deploraba los males pasajeros de su cuerpo enfermo, mucho más que los males eternos de su alma, más enferma aún que el cuerpo, y no los lloraba. Es porque juzgaba la vida presente más preciosa para él que la futura. Cristo tuvo razón al tener en cuenta la fe de los que le presentaban al enfermo y no tener en cuenta la necedad de éste. Por la fe de otros, el alma del paralítico sería curada antes que su cuerpo. “Viendo la fe que tenían”, dice el evangelio. Fijaos bien, hermanos, que Dios no se preocupa de lo que quieren los hombres insensatos, que no espera encontrar fe en los ignorantes, que no analiza los necios deseos de un enfermo. Sino que, por el contrario, no rechaza ayudar a la fe de otros. Esta fe es un regalo de la gracia y está totalmente de acuerdo con la voluntad de Dios.

12:37 a.m.
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*”Verbum Spei”*
_”Palabra de Esperanza”_
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*13° Miércoles Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Mateo 8, 28-34*

En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?”
No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. Él les respondió: “¡Está bien!”
Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos, y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.

*Reflexión:*
Esta historia del Evangelio parecería estar lejana a nuestra realidad actual, sin embargo, la verdad es que se repite frecuentemente hoy en nuestra sociedad dominada por el materialismo. Jesús sana y libera a dos hombres, dos seres humanos que sufrían a causa de unos demonios. Al hacerlo, los demonios destruyen toda una piara de cerdos. Los habitantes, en lugar de agradecer el haber liberado y sanado a dos hermanos, a dos seres humanos que sufrían, se preocupan más por la pérdida material de una piara de cerdos.
Vale más la piara de cerdos que la salud y bienestar de dos seres humanos. Como consecuencia, la comunidad rechaza a Jesús. Como vemos, la historia se repite una y otra vez. Hoy es más importante la cantidad de producción y la eficiencia que la vida familiar, social y económica de los trabajadores; son más importantes nuestras pertenencias, que el bien social de la comunidad; es más importante el trabajo y el bienestar económico, que la vida familiar y la atención a los hijos. Preferimos lo material a lo espiritual. Y cuando Jesús, a través de la Escritura o de la Iglesia nos advierte de esto o busca ayudarnos a liberarnos de estas esclavitudes, la respuesta es: ¿Qué tiene la Iglesia (o el mismo Jesús) qué decirme sobre qué es más importante?, ¿qué tiene que hacer en mis negocios, en mi medio social, en mi vida?
No dejemos que nos domine lo material. Dios nos ha regalado todas las cosas materiales, las cuales son buenas y son para nuestro bienestar, pero jamás deberán estar por encima de los valores como son: la vida humana, la vida familiar, y la protección del medio ambiente. Nada vale una piara de cerdos comparada con la alegría que produce el ver a un hermano sano y feliz.
(Evangelización Activa).

*Oración:*
Señor Jesús, te bendigo y te alabo, por poner en mi corazón el deseo de hacer el bien, gracias porque en verdad me complazco en escuchar tus planes para mí, pues sé que son justos y que están pensados para darme vida. Amén.

*Acción:*
Durante el día de hoy escucharé cantos y alabanzas a Dios y cantaré constantemente acompañando esos cantos con mis buenas acciones.
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*”Nuntium Verbi Dei”*
_”Mensaje de la palabra de Dios”_
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Hermanos Franciscanos

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