
El Papa Francisco dijo que el santuario posee una identidad particular, es un “lugar privilegiado para contemplar el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Aquí, de hecho, se conservan los muros que, según la tradición, proceden de Nazaret, donde la Santísima Virgen dijo su "sí", convirtiéndose en la madre de Jesús”.
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