Por qué necesitábamos del Espiritu Santo: transición de la Antigua a la Nueva Alianza

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Fuente: https://www.spreaker.com/user/fraynelson/por-que-necesitabamos-del-espiritu-santo [Día de retiro con la comunidad Camino de la Esperanza, charla 2 de 3] La revelación de la acción del espíritu conduce a una conclusión: necesitamos del Espíritu Santo no por un tiempo (un "toque"), ni solo para algunas pocas personas (los "ungidos") ni solo para algunas de las dimensiones de nuestro ser. Dicho de otro modo, necesitábamos que se cumpliera la promesa que Dios hizo a través de Joel 2,28: "derramaré de mi Espíritu sobre toda carne." Para que ello sucediera era necesario tocar el límite de la Alianza sellada a través de Moisés. Es lo que describe Jeremías 31,31-34: "He aquí, vienen días —declara el Señor— en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto, no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos —declara el Señor; porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor—. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande —declara el Señor— pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado." El límite de la Antigua Alianza es que no da la fuerza interior para cumplir el bien que muestra a nuestra mente y a nuestros ojos. Esa "fuerza interior" es precisamente la del Espíritu Santo, como bien lo anuncia Ezequiel 36,24-27: "‘Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. ‘Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. ‘Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. ‘Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas."


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