
[Presentación del Rosario de las Semanas, 13] Aunque no hay una fórmula perfecta para expresar todo el amor, obediencia y adoración que son debidos a Dios, no cabe duda que la expresión "Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo..." raya en la ambigüedad frente al politeísmo. Proponemos una fórmula de profunda raíz bíblica, no como un reemplazo sino com un medio de destacar el camino de la gloria que se ha hecho posible por la Encarnación y la Pasión del Hijo.
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