
En su homilía de hoy el Papa Francisco no dice que para amar a Dios concretamente, hay que amar a los hermanos, es decir, rezar por ellos, simpáticos y no simpáticos, incluso por el "enemigo", no dar espacio a sentimientos de celos y envidia, y no dar lugar a "habladurías "que destruyen a a las personas. Es una fuerte exhortación al amor, la que el Papa dirigió esta mañana, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta.
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