
El Padre Pío no consentía que se hablara mal de las autoridades de la Iglesia en su presencia, amaba a la iglesia como a una madre y se ofrecía por ella... Cada día el Padre Pío ofrecía su vida por la iglesia y por el papa. Tenía mucho respeto por los obispos y se arrodillaba para besarles la mano...
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