
25 de Noviembre de 2018.- (Vatican News / Camino Católico) Ni la lluvia ni el frío otoñal detuvieron a los fieles que se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar la oración mariana del Ángelus con el Papa Francisco. Concurrieron en miles – incluidos los numerosísimos grupos de coro provenientes del mundo entero – en el domingo 25 de noviembre, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. “Jesús nos pide hoy que lo dejemos ser nuestro rey”, dijo el Papa Francisco. “Pero –recordó- no debemos olvidar que el reino de Jesús no es de este mundo. Puede dar un nuevo significado a nuestra vida … solo si no seguimos la lógica del mundo y su “rey”. “La vida de la creación no avanza por casualidad, sino que avanza hacia una meta final: la manifestación definitiva de Cristo, Señor de la historia y de toda la creación,” ha afirmado el Papa. “La historia enseña que los reinos fundados en el poder de las armas y en la prevaricación son frágiles y tarde o temprano se derrumban”, ha asegurado. El Santo Padre expresó que “Jesús quiere hacer comprender que por encima del poder político hay otro mucho mayor, que no se consigue con medios humanos”: «Él vino a la tierra para ejercer este poder, que es el amor, dando testimonio de la verdad. Se trata de la verdad divina que, en definitiva, es el mensaje esencial del Evangelio: ‘Dios es amor’ y quiere establecer en el mundo su reino de amor, justicia y paz. Este es el reino del cual Jesús es el rey, y que se extiende hasta el fin de los tiempos. La historia enseña que los reinos basados en el poder de las armas y la prevaricación son frágiles y que tarde o temprano se derrumban. Pero el reino de Dios está fundado en su amor y radica en los corazones, confiriendo a quien lo recibe paz, libertad y plenitud de vida». Jesús –dijo el Papa- hoy nos pide que le permitamos que Él se convierta en nuestro rey. En el final de su catequesis el Obispo de Roma oró para que la Virgen María “nos ayude a recibir a Jesús como rey de nuestra vida”. El aniversario de la terrible hambruna que causara millones de víctimas en Ucrania entre los años 1933 y 1934, estuvo en el corazón del Papa tras el rezo mariano del Ángelus dominical: «La herida del pasado sea un llamamiento para todos a fin de que semejantes tragedias no se repitan nunca más. Oremos por este querido país y por la paz tan deseada». En el vídeo se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español.
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