
¡Quién me diera alas de paloma para volar y descansar! Entonces huiría muy lejos, habitaría en el desierto. Me apuraría a encontrar un refugio contra el viento arrasador y la borrasca. Dispérsalos, Señor, confúndeles las lenguas, pues violencia y discordia he visto en la ciudad; Dispérsalos, Señor, confúndeles las lenguas, pues violencia y discordia he visto en la ciudad; Confunde sus lenguas, Señor, divídelas, porque no veo más que violencia rondan por sus murallas día y noche y dentro están la injusticia y el crimen. Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá: nunca permitirá que el justo perezca.
Publicar un comentario