4° Domingo Adviento

6:17 p.m.
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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
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4° Domingo Adviento
El Evangelio de hoy
Lucas 1, 39-45

En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! 

Reflexión:
La Vírgen María, es la mujer del Adviento. Nadie como ella sabe lo que significa esperar la llegada del Salvador. Este cuarto Domingo de Adviento es sumamente mariano. Solo de la mano maternal de la Virgen María podemos llegar al conocimiento exacto del misterio de Cristo.
He aquí otro profeta que nos adelanta el misterio mariano de Dios en medio de su pueblo: de Belén, de la Mujer bendita, surgirá el Redentor. Su efecto en nosotros va a depender de cómo seamos capaces de acogerle. “Aquí estoy, oh Señor,  vengo para hacer tu voluntad”.
María se pone en camino y está llena de gozo, tiene que comunicarlo. Y lo hace a aquella que, por la revelación del ángel, sabe que puede entenderla. Sólo Isabel es, la persona a quien puede acercar a Cristo. Y Cristo va con la Niña Virgen. Nadie lo sabe. María se pone en camino. Con diligencia va al encuentro de quien sabe que necesita su ayuda.
Esta Navidad abramos los ojos como María para mirar a nuestro alrededor, miremos nuestra propia realidad y la de los demás para dejarnos transformar por ella y actuar en consecuencia.
El Papa ha llamado la atención sobre la triste realidad de los descartados de nuestro mundo. Muchas personas no tienen medios para vivir dignamente. “Practica la justicia. Deja tu huella”. Es una invitación a poner la mirada en el hecho de que practicar la justicia.

Oración:
Señor Jesús, ayúdanos a superar la cultura del descarte, a ejemplo de la Vírgen María que me acerque a las personas, para servir y ayudar y no solamente cuando las necesite. Amén.

Acción:
Trataré de servir, por amor, a las personas con las que convivo.
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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