Esperaba, esperaba al Señor, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor, Feliz el hombre que cuenta con el Señor, que no escucha a los cínicos ni se pierde en sus mentiras. No quisiste sacrificios ni ofrendas —lo dijiste y penetró en mis oídos— no pediste holocaustos ni víctimas. Entonces dije: «Aquí estoy, de mi está escrito en el rollo del Libro. Entonces dije: «Aquí estoy, de mi está escrito en el rollo del Libro. Entonces dije: «Aquí estoy, de mi está escrito en el rollo del Libro. He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser». Publiqué tu camino en la gran asamblea, no me callé, Señor, tú bien lo sabes. January 13, 2014 at 05:00PM
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