Bendeciré al Señor en todo tiempo, no cesará mi boca de alabarlo. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. Pero tiene puestos sus ojos en los justos y sus oídos pendientes de sus clamores. El Señor aparta su cara de los malos y borra de la tierra su recuerdo. En cuanto gritan, el Señor escucha, y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del corazón deshecho y salva a los de espíritu abatido. November 10, 2013 at 05:00PM
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