Escuha mi grito, Señor, atiende a mis clamores, presta atención a mi plegaria, pues no hay engaño en mis labios. Dicta tú mi sentencia, pues tus ojos ven lo que es recto. Puedes escudriñar mi corazón o visitarme de noche, o probarme en el crisol, no hallarás crimen en mí: A ti te llamo, oh Dios, esperando tu respuesta; inclina a mí tu oído y escucha mi ruego. Renueva tus bondades, tú que salvas del agresor a los que se refugian bajo tu diestra. Guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas, Y yo, como justo, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu semblante. July 07, 2013 at 05:00PM
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