VIDEO: LA EPIFANÍA DEL SEÑOR 2018: Mons. Cristobal Ascencio Garcia, obispo de Apatzingán

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*”Verbum Spei”*
_”Palabra de Esperanza”_
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*Domingo: Epifanía del Señor*
*El Evangelio de hoy*
*Mateo 2, 1-12*
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
*Reflexión:*
Los magos no fueron a Belén cargados de razón, sino preocupados y encaminados por una pregunta: “¿Dónde está el rey de los judíos?”. En algún momento creen ver una pequeña luz que apunta hacia un Salvador. Necesitan saber quién es y dónde está. Rápidamente se ponen en camino. No conocen el itinerario preciso que han de seguir, pero en su interior arde la esperanza de encontrar una Luz para el mundo.
A este Dios, escondido en la fragilidad humana, no lo encuentran los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa. Se les revela a quienes, guiados por pequeñas luces, buscan incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de la vida.
¿Qué regalo espera Dios de nosotros? En un día de ilusión para los niños y de regalos para todos debemos hacernos esta pregunta. Dios acepta nuestra debilidad, lo que somos, incluido nuestro pecado y nuestras fragilidades, para rehabilitarnos y hacernos plenamente felices. Quiere que descarguemos ante él las pesadas cargas que nos impiden ser nosotros mismos.
*Oración:*
Señor Jesús, que a imitación de los Magos de Oriente vayamos también nosotros a adorarte en tu casa. Y llevemos el oro de nuestras ofrendas, el incienso de nuestra oración fervorosa y la mirra de los sacrificios para permanecer fieles a Ti. Amén.
*Acción:*
Como los Magos, pongámonos en camino, revistámonos de luz siguiendo la estrella de Jesús, y adoremos al Señor con todo nuestro ser. Qué hoy al descubrir el niño en la rosca, descubramos a Jesús y lo demos a conocer a los demás.
*”Nuntium Verbi Dei”*
_”Mensaje de la palabra de Dios”_
Por: H. Adrián Olvera, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia de callar, por un momento, los ruidos externos y también los internos de mis pensamientos y de mi corazón para poder escuchar... para poder escucharte.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo, predicaba Juan: "Ya viene detrás de mí otro que es más poderoso que yo, uno a quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo".
Por esos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu en figura de paloma, descendía sobre él. Se oyó entonces una voz del cielo que decía: "Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hay momentos en la vida en que suceden cosas inesperadas..., pero muchas veces cuando éstas suceden nos damos cuenta que las necesitábamos.
Una plática, una conversación, una mirada o, a veces, tan sólo basta escuchar una palabra dicha desde el corazón.
Nos es imposible imaginar, meditar o contemplar el amor que el Padre tenía al Hijo y el Hijo al Padre, pues si lo pensamos bien es un amor que nos supera, nos sobrepasa. Sin embargo, Jesús no quiere mostrarnos su amor como una especie de obra de arte, que si bien nos puede gustar, nos puede maravillar, sigue siendo algo externo a nosotros.
Jesús vino a dar plenitud, vino a enseñarnos el camino..., pues su misión consistía en no perder nada de aquello que se le había dado, de aquello que se le ha dado (Jn 6-39), pero sobre todo, vino a mostrarnos que Dios es Padre, nuestro Padre..., mi Padre.
Aquí ya no se trata de mirar y admirar una obra de arte; se trata de vivirla, pues yo soy aquél de quién se dice que es hijo..., y no sólo un hijo sino que soy un hijo que es amado.
Es difícil de creer, sin embargo es así.
Hay que callar..., hay que empezar a escuchar pues puede que aquello que necesitamos sea escuchar: "Tú eres mi hijo amado en quien me complazco".
Aunque no seamos conscientes muchas veces, aunque estemos distraídos..., esto es verdad.
“Todos somos hijos de Dios”. Esto es lo que el Santo Niño nos dice. Nos recuerda nuestra identidad más profunda. Todos somos hijos de Dios, miembros de la familia de Dios. Hoy san Pablo nos ha dicho que hemos sido hechos hijos adoptivos de Dios, hermanos y hermanas en Cristo. Eso es lo que somos. Ésa es nuestra identidad.
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En un momento de mi día detenerme unos cuantos segundos, para ponerme en presencia de Dios y traer a la mente la jaculatoria "Soy un hijo de Dios".
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.