Ártículos Más Recientes

11:07 a.m.
Oré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "¡Ah, Señor, Dios, el Grande, el Temible, el que mantiene la alianza y la fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos! Nosotros hemos pecado, hemos faltado, hemos hecho el mal, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y tus preceptos. No hemos escuchado a tus servidores los profetas, que hablaron en tu Nombre a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país. ¡A ti, Señor, la justicia! A nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como les sucede en este día a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los que están cerca y a los que están lejos, en todos los países adonde tú los expulsaste, a causa de la infidelidad que cometieron contra ti. ¡A nosotros, Señor, la vergüenza reflejada en el rostro, y también a nuestros reyes, a nuestros jefes y a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti! ¡Al Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él! Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, para seguir sus leyes, que él puso delante de nosotros por medio de sus servidores los profetas.

11:07 a.m.
No recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto de nosotros, porque estamos totalmente abatidos. Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre. Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos, preserva con tu brazo poderoso a los que están condenados a muerte. Y nosotros, que somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño, te daremos gracias para siempre, y cantaremos tus alabanzas por todas las generaciones.

11:07 a.m.
Jesús dijo a sus discípulos: «Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».

11:07 a.m.
     La misericordia es la imagen de Dios, y el hombre compasivo es, en efecto, un Dios habitando en la tierra. De la misma manera que Dios es misericordioso para con todos, sin distinción alguna, igualmente el hombre compasivo hace llegar a todos sin distinción sus favores. Hijo mío, sé compasivo y derrama tus favores sobre todos, a fin de que puedas ser elevado hasta la divinidad… Procura no dejarte seducir por este pensamiento que te podría parecer atractivo: “Es mejor que sea compasivo con el que tiene la misma fe que yo, que no por aquel que nos es extraño”. No es esta la misericordia perfecta que imita a Dios que derrama su favores sobre todos, sin estar celoso, sino “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos” (Mt 5,45)…      “Dios es amor” (1Jn 4,8); su esencia es amor, y su amor es su misma esencia. Por su amor, nuestro Creador, se ha visto impulsado a crearnos. El hombre que posee la caridad, es verdaderamente Dios en medio de los hombres.

1:56 a.m.
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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*2° Domingo Cuaresma*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 17 1-9*
En aquel tiempo Jesús tomó consigo a Pedro a Santiago y a Juan el hermano de éste y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías conversando con Jesús.

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres haremos aquí tres chozas una para ti otra para Moisés y otra para Elías”.

Cuando aún estaba hablando una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Este es mi Hijo muy amado en quien tengo puestas mis complacencias escúchenlo”. Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos ya no vieron a nadie más que a Jesús.

Mientras bajaban del monte Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”.

*Reflexión:*

La invitación de Jesús es la de ser luz de las naciones, la de guiar a nuestros hermanos: «Ustedes son la luz del mundo». Por ello, al presentarse transfigurado, nos muestra la fuerza del testimonio de quien irradia esa luz.

Al igual que a Pedro, Santiago y Juan el Señor nos ha elegido con el fin de fortalecer nuestra fe y ser fundamento para la fe de los demás. La fe pone en el centro de nuestra vida a Dios; nos inunda de su amor que nos da seguridad, fuerza y esperanza. Aparentemente parece que no cambia nada, pero, cambia todo. Cuando está Dios en nuestro corazón habita la paz, la dulzura, la ternura, el entusiasmo, la serenidad y la alegría, que son frutos del Espíritu Santo, entonces, nuestra existencia se transforma, nuestro modo de pensar y de obrar se renueva, se convierte en el modo de pensar y de obrar de Jesús, de Dios. 

Nuestra misión como cristianos, es convencer a los demás con nuestro testimonio. Seamos cada uno de nosotros como un don para los demás. Salgamos de nosotros mismos y salvemos, cada uno según las fuerzas que Dios le dé, a los que se encuentran perdidos o desorientados.
*Oración*

Señor Jesús, ayúdame ser más coherente de mi ser de cristiano, y sirva como testimonio evangelizador. Que mi vida sea verdadera luz para aquellos que se encuentran en tinieblas y sombras de muerte. Amén.
*Acción:*

Buscaré reconciliarme con aquella persona a la que he herido y que mi falta de testimonio ha alejado de mi vida.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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Hermanos Franciscanos

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