Ártículos Más Recientes

11:16 a.m.
Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles. Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios. Por él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, a fin de que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.

11:16 a.m.
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se eligió como herencia! El Señor observa desde el cielo y contempla a todos los hombres. Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. Nuestra alma espera en el Señor; él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Nuestro corazón se regocija en él: nosotros confiamos en su santo Nombre.

11:16 a.m.
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. 'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado'. 'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado'. 'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!'. Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes'.

11:16 a.m.
“¿Qué tienes que no lo hayas recibido?” nos dice san Pablo (1C 4,7). No seamos, pues, avaros de nuestros bienes como si nos pertenecieran… Sólo nos han sido confiados; usamos de ellos como de una riqueza común, pero no de su posesión eterna como si fueran un bien propio. Si reconoces que este bien no te pertenece y sólo lo tienes para usarlo aquí por un tiempo, adquirirás en el cielo un bien que no tendrá fin. Acuérdate de los servidores del Evangelio que habían recibido de su amo unos talentos, y que es lo que este amo, a su regreso, ha dado a cada uno de ellos; comprenderás entonces que, depositar tu dinero sobre la mesa del Señor para que fructifique es mucho más provechoso que conservarlo con una fidelidad estéril sin que rinda nada a su acreedor, con gran perjuicio para el servidor inútil, el castigo del cual será más pesado… Prestemos, pues, al Señor los bienes que de él hemos recibido. En efecto, no poseemos nada que no sea un don del Señor, y si existimos es porque él quiere. ¿Qué es lo que podríamos considerar como nuestro, puesto que, en virtud de una deuda enorme y privilegiada, ni nosotros mismos nos pertenecemos? Porque Dios nos ha creado, pero también nos ha rescatado. Démosle gracias pues: rescatados pagando un gran precio, el precio de la sangre del Señor, somos para siempre cosa de gran valor… Devolvamos al Señor lo que él nos ha dado. Demos a Aquel que recibe en la persona de cada pobre. Demos con gozo, para recibir de él con alegría, tal como lo ha prometido.

1:53 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount


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               *”Verbum Spei”*

       _”Palabra de Esperanza”_

      

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*21° Viernes Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 25, 1-13*
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!‘ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando‘. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo‘.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos‘. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco‘.

Por eso, estén preparados, porque no saben ni el día ni la hora”.

*Reflexión:*

Una de las cosas para las que poco nos preparan y poco nos preparamos nosotros mismos es para la muerte. Se nos olvida con facilidad que la vida presente es sólo transitoria, y que la definitiva, empezará el día en que el Señor nos llame a participar del banquete celeste. 

Por ello, este pasaje nos invita a considerar que un día el Señor vendrá (día que se identifica esencialmente con nuestra muerte), y en ese momento ya no podremos hacer nada. Ya no nos valdrá tocar a la puerta, pues si no estamos listos la encontraremos cerrada. Jesús termina el pasaje diciendo: “estén preparados, pues no saben ni el día ni la hora”. Si hoy fuera el último día de tu vida en la tierra, ¿estás preparado? 

¿Está la lámpara del Evangelio encendida en tu corazón? ¿El aceite del amor es abundante en tu vida de manera que si el Señor tarda, tendrás suficiente para salir al encuentro con él? La vida es hermosa, pero es mucho más, cuando pensamos que un día, ésta se transformará en gozo y felicidad eterna. Vivámosla con alegría, vivámosla siempre preparados. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, que pueda yo desde ahora llevarte en mi corazón, estar atento a tu llamado y con gran prudencia estar siempre listo cuando llames a mi puerta. Amén
*Acción:*

Durante este día, invitaré a hacer una oración a algún amigo pidiendo porque sus problemas pronto se solucionen.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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Hermanos Franciscanos

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