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11:11 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
       
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Domingo de la Santísima Trinidad
El Evangelio de hoy
Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se los comunicará a ustedes».

Reflexión:
Esta fiesta en honor a DIOS. Es un homenaje a la UNIDAD de tres personas que, siendo diferentes, deja a la intemperie nuestra dispersión, la ruptura del mundo y de las cosas, del ser humano y de las estructuras sociales. Con Jesús, en este día, remontamos hacia las alturas y contemplamos con el Resucitado los tres anillos fundidos en oro de la misma naturaleza y con los mismos quilates: PADRE, HIJO Y ESPIRITU SANTO.
Jesús nos enseña a optar por El, pero como camino hacia el Padre. No pretende que nos quedemos exclusivamente en El. Nos empuja nadar aguas arriba, como aquel que quiere encontrar su nacimiento o el origen del todo.
-Nos enseña que DIOS es familia y que, nosotros, formamos parte de ella aunque no lleguemos a comprender ni entender toda la riqueza que encierra.
-Dios es AMOR y, nosotros, participamos de esa fusión única y maravillosa que existe entre las tres personas.
-Dios es COMUNIÓN y, nosotros, la contemplamos y la comemos, la vivimos y la palpamos, la añoramos y la necesitamos ante la fragmentación existente en nuestro entorno, en las galaxias de nuestros afectos, en nuestras luchas, proyectos y fatigas.
-Dios es ÚNICO y, nosotros, le damos gloria y alabanza porque nuestra FE nos dice que en Él está puesta nuestra esperanza, nuestro ser iglesia, nuestra vida cristiana que ha de ser siempre trinitaria.

Oración:
Señor Jesús, éste es el misterio del amor más bello, el misterio de la Santísima Trinidad: las tres Personas divinas que viven en esa unión íntima e infinita de amor; un amor que es comunión y que se difunde hacia nosotros como donación de todo tu Ser. Amén.

Acción:
Que todas las veces que nos persignemos y digamos: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, lo hagamos con más atención, nos acordemos de que Dios es Amor y de que nos ama infinitamente; agradezcamos ese amor y vivamos llenos de confianza, de alegría y de felicidad al sabernos sus hijos muy amados.
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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10:51 a.m.
El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre. Yo fui formada desde la eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra. Yo nací cuando no existían los abismos, cuando no había fuentes de aguas caudalosas. Antes que fueran cimentadas las montañas, antes que las colinas, yo nací, cuando él no había hecho aún la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo. Cuando él afianzaba el cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte sobre el océano, cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando infundía poder a las fuentes del océano, cuando fijaba su límite al mar para que las aguas no transgredieran sus bordes, cuando afirmaba los cimientos de la tierra, yo estaba a su lado como un hijo querido y lo deleitaba día tras día, recreándome delante de él en todo tiempo, recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres.

10:51 a.m.
Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos. Todo lo pusiste bajo sus pies. Todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes; las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas.

10:51 a.m.
Hermanos: Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

10:51 a.m.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."

10:51 a.m.
El misterio de la Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristianas. Sólo Dios nos puede revelar su conocimiento, revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo. La encarnación del Hijo revela que Dios es el Padre eterno y que el Hijo es de la misma naturaleza del Padre, es decir, que está en el él y con él, el mismo y único Dios. La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo y por el Hijo “desde el Padre” (Jn 15,26) revela que es, con ellos, el único Dios. “Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria” (Credo)... Por la gracia del bautismo “en nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo” somos llamados a participar en la vida de la bienaventurada Trinidad, aquí en la tierra en la oscuridad de la fe, más allá de la muerte en la luz eterna. “La fe católica consiste en esto: venerar un único Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, sin confundir las personas, sin dividir la sustancia: porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es una única divinidad, igual en gloria, coeterna en la majestad.” (Credo Quicumque) Inseparable entre si, las personas divinas son también inseparables en su obrar. Pero en la única actividad divina, cada persona manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo.

Hermanos Franciscanos

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